Quedan meses por delante para una de las elecciones más complicadas. Lo son no solo por los tiempos convulsos que nos toca vivir sino también por el clima enrarecido provocado por unos y alentado por otros. Porque como dice el refrán, dos no riñen si uno no quiere y aquí además de sobrarnos gamberros de la política también nos sobran los hooligan.
Quedan meses por conocer sondeos de todo tipo. Unos gustarán más que otros, unos se acercarán -lo veremos- más a la realidad. Son tiempos de quinielas y estrategias que pueden salir peor o mejor, empiezo siempre por lo malo porque generalmente es como terminan los peores acuerdos.
La encuesta, la verdadera, está en la calle y a diario. Es la que se encuentra en la respuesta que ofrece el ciudadano a cómo se siente en un pueblo, a si tiene ilusión o no por permanecer en un lugar no ya para quedarse él sino para que permanezca aquí su familia. Eso es lo que debe preocupar a los gestores, si son capaces de perpetuar la ilusión entre generaciones porque son capaces de hacerles sentir que hay futuro y que ese futuro es compartido, no hecho como traje a medida a las querencias de unos pocos.
Si son capaces de extender entre la ciudadanía esa ilusión habrán ganado la encuesta de la calle que es la que vale, más allá de los juegos estadísticos que muchas veces se nutren de las raíces menos racionales.
Que haya una búsqueda de futuro al otro lado del Estrecho está bien si no se trata de algo obligado. Lo triste es que haya quienes no tengan más opción que buscarse las habichuelas fuera porque aquí no las encuentran ni rebuscando. Y créanme no son unos pocos los que no tienen más que ese camino.
La encuesta de la calle se va pulsando el día a día. Y se construye a base de favorecer acciones para recuperar la ilusión común y arrinconar el odio.
Los líderes son los que sin estridencias, sin ejercer de plañideros, sin actitudes entre lo dictatorial y lo mafioso, son capaces de normalizar una acción política que sea sentida por el pueblo como algo más cercano a él. Esa es la encuesta que vale.