Cada Martes Santo los vecinos de Ceuta se levantan con un sentimiento diferente y no es para menos ya que están con la ilusión de ver a la Hermandad del Encuentro.
Este año, si el tiempo lo permite, volverá recorrer las calles de nuestra ciudad, con el hándicap de un recorrido corto por falta de costaleros, pero con la misma ilusión de todos los años.
Este 2025 aún más si cabe, ya que el pasado año se tuvieron que quedar en el templo por culpa de la lluvia.
La sintonía que se conjuga entre la Cofradía y el Tercio Duque de Alba II de la Legión hace que los corazones de los ceutíes latan diferente y que el Martes Santo sea uno de los días más mágicos de nuestra Semana Santa.
Preparando los últimos flecos para la salida penitencial del Encuentro
Este Lunes Santo están preparando los últimos flecos para su salida procesional de este Martes Santo. Lo hacen en la Casa de Hermandad ubicada en la Plaza Vieja, muchos de ellos jóvenes con arraigos familiares y con ganas de seguir haciendo crecer a la Hermandad.
Entre conversaciones, risas y sobre todo nervios, estos hermanos preparan esas flores moradas, tan características de Nuestro Padre Jesús Nazareno, que como siempre irá desfilando ante la atenta mirada de Sacratísima Virgen de la Esperanza.
Hermanos de la Cofradía que sienten amor hacia sus titulares
FaroTV ha querido estar con estos hermanos, a pocas horas de que su salida penitencial, y ha hablado con ellos. Entre esas personas se encontraba Álvaro Pascual, segundo capataz.
“Empecé en esta Hermandad con unos catorce o quince añitos, ahora tengo treinta y siete. Empecé cuando Carmelo estaba de capataz y me metió como aguador. Yo ni siquiera conocía la hermandad y ya he pasado por todos los palos. Empecé como aguador, he estado también muchos años de nazareno, incluso de costalero. Y este año, por segunda vez, puedo estar echando una mano llevando el Nazareno”, ha señalado.
Empezó desde joven, jugando con unos amigos en Plaza de África
Su amor a las Hermandad no es de tradición familiar, sino que juntándose con sus amigos en Plaza de África se enamoró del Nazareno.
“Pues fui el primero de mi familia. Nos juntábamos los amigos en la Plaza de África y, de pronto, estaba celebrándose la tradicional ‘mudá’. Entré a la iglesia a conocer al Nazareno, conocí a Julio y ya desde entonces. Como todo niño, empecé limpiando lo que era el respiradero del paso y demás, y poco a poco me fui metiendo más en la Hermandad”.
“También fui presidente del Grupo Joven, hasta el día de hoy, que seguimos luchando por la Hermandad. Y ahora, como segundo capataz”, ha explicado.
Está de segundo capataz de Jesús Nazareno
Es el segundo capataz de Jesús Nazareno, a las órdenes de Jesús Garrido, lo que es una gran responsabilidad. “Es un trabajo, o más bien, una devoción bonita. Sobre todo, por eso: porque estás a cargo de una cuadrilla que, al final, es otra familia”.
“Este año ya sabéis que tuvimos el problema de que estábamos un poquito justos de gente, pero desde hace cuatro o cinco días para acá, la verdad que está viniendo bastante gente a echar una mano. Vamos ajustando las medidas para que todo sea seguro, que no haya problemas, que nadie se haga daño… y ojalá podamos volver a tener el año que viene todo el recorrido”, ha proseguido.
¿Cómo estará el tiempo para este Martes Santo?
La mayor incertidumbre para los devotos y amantes de la Semana Santa es el tiempo. Todos miran rezando para que no llueva y su Hermandad pueda recorrer las calles. Álvaro Pascual reconoce que no quiere ni mirar ya las predicciones.
“Desde el Viernes de Dolores, ya no miro más aplicaciones del tiempo. Hay muchísimas y cada una dice una cosa distinta. Yo ya no miro nada. Eso sí: todos los Martes Santos me levanto, subo la persiana, y si veo nublado, digo: ¡Venga, no pasa nada! Nos juntamos lo más cerca de la cofradía, ahí en la capilla, y siempre comentamos: ‘Bueno, no lloverá…’. Hace viento fuerte, sí, pero yo el Martes Santo es el día que menos miro el cielo”.
“Luego ya, cuando escuchas los tambores de la Legión, ahí en la Plaza de África, y ves algunas nubecillas… ya sí, ya vienen los nervios. Pero en principio, parece que la lluvia será solo de madrugada, y por la mañana, en teoría, no. Ojalá que no. Ojalá podamos salir”, ha añadido.
Preparando las flores en la Casa Hermandad del Encuentro
Pascual ha señalado que ya se encuentran con los últimos retoques, de cara a su salida penitencial. “Estamos preparando todo. Estamos apretando ya los últimos ‘tornillos’ como decimos, para dejar todo preparado. Aquí estamos los más jovencillos, las madres, los chicos, con las flores, preparando también el altar… Ya vamos dándole los últimos retoques”.
“Están llegando costaleros, gracias a los cuales podemos disfrutar de esto. Y poder sacar al pueblo de Ceuta el Encuentro y llevarlo por las calles. Ya queda lo último, los nervios del último minutito”, ha finalizado.
Nacho Corbacho, un joven inquieto y enamorado de su Hermandad
Entre todos los jóvenes que se encontraban en la Casa de Hermandad, había uno que sus nervios no le dejaban estar sentado. Ese era Nacho Corbacho, vocal de Juventud, y desde que nació hermano de la Cofradía. “Prácticamente nací metido en el mandado. Desde que tengo uso de razón estoy aquí”.
Y es que Corbacho desde que nació vio como su padre portaba las imágenes de la Hermandad del Encuentro.
Una tradición familiar que le ha hecho tener un amor incondicional a la Cofradía y siempre queriendo aportar su granito de arena. “Mi padre es costalero, mi abuela también participaba. Me decía: ‘Dame la salida’, y yo sabía cuándo terminaba y todo. Ya uno nace con esto.
Quiere seguir los pasos de su padre
“En mi familia esto es algo general. Mi padre lleva muchos años en la Hermandad y para mí siempre ha sido un referente. No es que me obligue, pero sí quiero seguir sus pasos. Me gustaría meterme también ahí, debajo del paso”.
Corbacho reconoce que para él cada Martes Santo es un día muy especial, pero también lo son los previos cuando se prepara todo entre todos los hermanos. “Es un día muy especial. Estar aquí con los hermanos, preparando las flores, todo eso... es un momento muy bonito de encuentro. Se siente una energía diferente, una unión muy fuerte”.
Por último, este joven de 15 años, tiene claro cuál será su futuro en la Hermandad: ser costalero. “Quiero meterme ya debajo del paso, pero mi padre no me deja, me dice que aún soy pequeño para eso. Pero es algo que estoy deseando y que lo haré en cuanto pueda”.