Un buzo profesional avisó hace unas semanas al
Centro de Estudios y Conservación de Animales Marinos (CECAM) del avistamiento de
una red de deriva que navegaba por las profundidades y matando a todo ser vivo que se le acercaba.
Tras el aviso, los miembros del CECAM junto al Grupo Especial de Actividades Subacuáticas de
la Guardia Civil (GEAS) emprendieron la búsqueda el pasado viernes “pero no la vimos”, dice Juan Carlos Rivas Requena, presidente del CECAM. Salieron dos veces a buscarla para apuntar su ubicación y tenerla controlada, pero por las mareas y la niebla de esos días fue complicado encontrarla.
Finalmente, este sábado, el presidente del CECAM junto a otros miembros del Centro dieron con ella. La grabaron desde dentro del agua para comprobar qué tipo de red es y cómo está actuando en contra del fondo marino. Efectivamente, dice Rivas, que “hay, por lo menos, dos tortugas enganchadas y muertas. Tal y como se ve en la filmación. Además de un sinfín de peces y demás especies que todavía no sabemos”.
La red está “abierta en abanico desde que asoma y hacia abajo. No sabemos qué dimensiones tiene, pero normalmente suelen medir entre un kilómetro y uno y medio, y entre cuatro y cinco metros de altura”. Es el mismo tipo de red en la que
se atrapó el cachalote Toño, al cual todavía no han encontrado.
Él describe que es una red de pesca “peligrosísima” para cualquier profesional, son de las que “utiliza el país vecino”. También asegura que podría “ocasionar una desgracia porque puede matar a cualquier ser humano si se acerca. Además está en una zona donde es habitual la pesca submarina”.
Esta red va “navegando por el Estrecho” a favor de la marea y va matando a los animales marinos que se cruzan con ella. Es una red de malla grande y, por lo tanto, los peces pequeños “no caen” pero los grandes como “cachalotes, delfines, tortugas, tiburones, atunes y peces espada, sí”, lamenta.
Está enganchada en los “isleros” de Santa Catalina, es decir, a doscientos o trescientos metros de Punta Almina.
Cualquier pescador “puede morir. Porque está en una zona muy habitual de la pesca submarina y es un peligro para los pescadores. Es una malla muy fina que no se ve y, si se engancha alguien, no hay solución”, detalla.
Respecto a la retirada de esta red de deriva se necesitará un pronto “operativo con embarcaciones para recoger la red, además de buzos profesionales para poder liarla y cortarla e intentar coger todo lo que podamos”. La embarcación debe de tener “molinete y rodillo para poder engancharla y que así suba la red a bordo con las tortugas que hay y todo lo demás”.
El presidente del CECAM se tiene que poner en contacto con el Ministerio para comunicar qué pasa y ver “qué solución se propone”. Si se pone un buen remedio, Rivas, cree que en “un día está fuera” la red. “Pero hay que esperar porque es una zona con mucha corriente muy complicada. Tendíamos que esperar unos tres cuartos de hora sin corrientes para poder hacer la maniobra y, una vez que esté realizada, para adelante. Lo perfecto sería cortar el abanico porque está abierto, pero con cuidado porque se puede reabrir y envolver a nosotros”, detalla el presidente del CECAM.
Es una operación muy complicada y “peligrosa”. Además, el punto en el que se encuentra la red tiene una profundidad de “diez metros pero con una caída de hasta setenta metros”.
No se sabe concretamente cuánto tiempo lleva esta red por las aguas ceutíes, pero desde que se enganchó en el punto en el que está ahora estiman que llevará unos diez días. Y, claro, desde que a los pescadores se les escapó todavía más tiempo, estiman que pudo ser hace un mes.