La Policía Local ha interpuesto las denuncias pertinentes y ahora la pelota está sobre el tejado de la entidad municipal que comenzará a estudiar los expedientes de los que han infringido las cláusulas
La Empresa Municipal de la Vivienda rescindirá el contrato de los adjudicatarios de Loma Colmenar a aquellos ciudadanos que hayan ejecutado obras en sus viviendas sin el pertinente permiso emitido por la entidad correspondiente. “Dependiendo del grado de infracción del contrato propondremos a la Ciudad la rescisión del contrato porque una de las cláusulas que establecimos, y que todos los grupos políticos estaban de acuerdo, es que quien hiciera obra sin permiso inmediatamente se les rescindiera y correría la lista de espera”. Así de contundente se mostró la gerente de Emvicesa, Kissy Chandiramani, después de que la Policía Local remitiera a la entidad la comunicación oficial para iniciar los expedientes de los infractores que han realizado obras ilegales en sus viviendas sin contar con permiso.
“Esta promoción ha sido ejemplar en su adjudicación y en todo el procedimiento ya sea en transparencia, claridad y aplicación de los reglamentos. Por ello también lo tiene que ser estrictamente a la hora de que los infractores cumplan con lo que viene estipulado en los contratos”, añade.
Al margen de la denuncia interpuesta por las autoridades policiales, a partir de ahora, Emvicesa requerirá la presencia de estos adjudicatarios para que expliquen el tipo de obra que han ejecutado en sus casas, mientras que los técnicos de la entidad se trasladarán a las mismas a comprobarlas in situ.
Chandiramani explica que cada adjudicatario contará con un periodo para ofrecer una explicación sobre la obra ejecutada. “Entendemos que alguien, por desconocimiento, puede haber hecho algo, pero después lo ha subsanado volviendo todo a su estado original. En cada caso, hay que valorar lo que se ha hecho porque no es lo mismo tirar un tabique o cambiar totalmente la fisonomía de la casa que haber puesto un grifo de la lavadora en un sitio que no tenía que estar”.
Vivienda también tendrá que aplicar un baremo sobre qué obras son necesarias y cuáles no al responder únicamente a criterios estéticos. La mayoría de solicitudes giran en torno a la colocación de rejas, armarios empotrados, apertura o cierre de puertas... obras que los técnicos ya han comenzado a revisar pero sobre las que aún no se han emitido ningún informe de autorización. “Aún es muy pronto, no hace ni un mes que hemos entregado el primer edificio y aún nos quedan dos”, asevera Chandiramani.
Precisamente ayer se hizo entrega de 44 viviendas, las correspondientes al edificio 7. Se suman a las 15 entregadas el miércoles correspondientes a las Escuelas Prácticas y que en total ascienden a 252 desde que comenzó el reparto de las llaves. El próximo jueves le tocará el turno al edificio 8 y en 10 días se completará la promoción con el reparto del último bloque. “La tónica es tranquilidad y normalidad y ahora lo que estamos haciendo es atender las deficiencias que tienen algunas viviendas, como son filtraciones de agua o termos. Es lo normal en una vivienda nueva, cuando se empieza a vivir es cuando se detectan los problemas”, apunta Chandiramani.
La entrega de los garajes se hará efectiva la próxima semana, en principio la de los edificios 1, 2 y 3 y, posteriormente, se continuará con el resto de bloques hasta que todos los adjudicatarios dispongan de su plaza de aparcamiento y trasteros.
Un año de espera y una vivienda de propiedad
Natalie y Teo son una joven pareja cuya suerte ha sorprendido gratamente con la adjudicación de una vivienda. Tan solo llevaban un año inscritos en Emvicesa y en el sorteo fueron agraciados con una de las casas de esta promoción. “Es la primera vez que nos apuntamos y en el sorteo de diciembre nos tocó. Ha sido como si nos tocara la lotería de Navidad”.
Su sorpresa fue mayúscula al recibir la noticia. “No nos esperábamos salir en el sorteo, porque pensamos que con tantas familias esperando tantos años y que nos toque tan pronto. Con eso no quiere decir que no nos haga la misma falta porque también lo necesitábamos”, explica Natalie.
Ahora su suerte ha cambiado y de vivir de alquiler en una casa con un dormitorio donde dormían los dos hijos, mientras la pareja lo hacía en un sofá-cama, ya pueden decir que son propietarios de su propio hogar. “Tenemos tres dormitorios y estamos deseando estrenar la casa. Lavar un poco y venirnos”.
La mejor manera de celebrarla: con la familia y, para ello, los padres de Natalie tiran de tradición. “Para atraer la buena suerte hay que traer un jamón, aceite y carbón”, explican risueños.
La crisis dejó a esta familia sin recursos, pero ya tienen casa
Majdouline se emociona cuando comprueba que la suerte ha sonreído a su familia. Llevan casi cinco años esperando esta oportunidad y ahora son propietarios de una vivienda de tres dormitorios. “Antes estábamos de alquiler pero teníamos trabajo. Con la crisis mi marido y yo nos hemos quedado en paro, pero al menos estamos contentos porque tenemos una casa. Ya nos ayudará Dios”.
Esperanzada confía en que su racha de mala suerte cambie y la formación que tiene en ayuda a domicilio, estética, masaje, o auxiliar de enfermería, entre otros, le ayude a encontrar un empleo.
De dormir en una sola habitación a tener un hogar
Fatima Sora y su familia llevan once años esperando este día. Se inscribieron en Emvicesa como solicitantes de empleo y hasta ayer su sueño no se hizo realidad. Vivían con sus padres en una vivienda de alquiler compartiendo una habitación. “Los alquileres están muy caros y los trabajos muy mal pagados. Teníamos que dormir los cuatro en una habitación”, comenta.
Ahora se confiesa muy feliz. Asegura que el sorteo del 22 de diciembre fue “una lotería” para ellos. “Ahora sólo espero que Dios nos ayude y haya salud”.
Sus dos pequeñas hijas corretean emocionadas por su nueva vivienda y muestran sus respectivos dormitorios. “Aquí voy a poner mi cama y aquí mis juguetes”, cuentan totalmente ilusionadas Hayad y Salma.
La familia, también emocionada no piensa perder ni un minuto en mudarse. “En un rato nos traen los muebles y a instalarnos lo antes posible”, comenta Fatima Sora.
Hay familias que no tienen nada
Naima y sus tres hijas viven una situación desesperada. Divorciada y sin recursos, hasta que le han adjudicado esta vivienda, ha vivido de la ayuda de la Ciudad. “Los trabajadores sociales me pagaban el alquiler, el agua y la luz porque no tengo nada, pero estoy muy contenta porque en el sorteo salió mi nombre y ahora tengo una casa de tres habitaciones, pero no tengo muebles ni nada”, se lamenta.