Cada mañana sobre las 07:00 horas, miles de mujeres marroquíes pasaban a Ceuta por la Aduana del Tarajal para trabajar como empleadas de hogar. Mujeres que regresaban bien caída la tarde después de acabar su jornada laboral. Era algo habitual hasta que se cerró la frontera por la crisis sanitaria que azota el mundo.
No disponemos de estadísticas, pero sin duda las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla disponen de la mayor ratio de empleadas de hogar del país. Una realidad conocida en ambas ciudades como también que la inmensa mayoría carecía y carece de contrato de trabajo.
El delegado del Gobierno en Ceuta, Francisco Antonio González Pérez -QEPD-, intentó acabar con la contratación irregular de las empleadas de hogar y consiguió en buena parte su objetivo, aunque muy lejos de lo que pretendía con ello. Lo intentó y ha logrado que más de dos mil trabajadoras transfronterizas estén cotizando como empleadas de hogar, pero no que sigan explotando a estas mujeres. Sin embargo su objetivo iba más allá, porque creía que con esta iniciativa comenzarían a contratar a ceutíes al tener que cotizar por las marroquíes. En eso se equivocó, pero con este paso dignificó el trabajo de muchas trabajadoras del vecino país.
Los datos sobre Población Activa del Instituto Nacional de Estadística nos dejan un panorama desolador de la tasa de paro en Ceuta y Melilla. Ambas ciudades están a la cabeza del paro a nivel nacional, pero a pesar de esta circunstancia todavía hay quien se pregunta ‘¿Qué voy a hacer sin muchacha como no abran la frontera del Tarajal?’. La respuesta es bien sencilla: contraten a españolas o residentes. Algo que no se está haciendo.
No disponemos de la estadística de contrataciones de empleadas de hogar y, por tanto, desconocemos si trabajan media jornada, jornada entera o sólo por un par de horas. Sin embargo, sí sabemos que las empleadas de hogar entraban a Ceuta sobre las siete de la mañana y regresaban sobre las siete de la tarde. Puede que las que disponen de contrato a media jornada o por horas decidan un día entrar antes o regresar bien entrada la tarde, pero todos los días resulta sospechoso. Más bien tenemos datos y certezas que no se tratan de corregir, porque la inmensa mayoría trabaja más de ocho horas.
No recordamos la fecha, pero unos días después de aquella acertada decisión de González Pérez, nos reunimos para tratar unos temas profesionales. Lo felicitamos por ese paso y le advertimos de la dificultad de controlar el fraude, que harían contratos por horas y trabajarían jornadas completas y así sería difícil la contratación de autóctonas. Él nos contestó que el Gobierno disponía de mecanismos para conocer las horas contratadas y, por tanto, había medios para que el fraude no floreciera tan alegremente y se podrían sancionar los abusos.
La frontera del Tarajal se abrirá nuevamente y comenzarán a llegar miles de mujeres marroquíes con contrato y otras miles sin ellos. Como decía González Pérez -QEPD- la administración dispone de mecanismos para controlar el fraude, para saber la hora de entrada y salida de estas trabajadoras. Tenemos mecanismos, pero hay que ponerlos en marcha para evitar la explotación de las trabajadoras, el fraude y, por supuesto, fomentar el trabajo en unas ciudades que están a la cabeza del paro.
¿Hay mecanismos?
Pues si manuela Delibes tienes toda la razon la confianza lo hes todo yo estaba trabajando con una mujer tres años pero como tu ve ami niña lo tu ve que dejar y haorra estoy buscando haver si encuentro algo
Manuela ¡¡¡¡., es de suponer que de acuerdo a esos méritos u
sted en calidad de empleadora y por una jornada laboral establecida oficialmente, abonara lo que marca la Ley a esta empleada..,Verdad?....El Salario Mínimo Interprofesional, como su nombre indica, marca la retribución mínima bruta, legal, que recibirán todos los profesionales, incluidas las empleadas del hogar, por la actividad desempeñada. Su valor toma de referencia la jornada completa (40 horas semanales, en 14 pagas) y se fija anualmente a través de un Real Decreto. El SMI busca garantizar unos mínimos para que los empleados puedan satisfacer sus necesidades básicas y tengan unas condiciones de vida dignas. Este indicador será fundamental para conocer cuánto cobra una empelada del hogar en 2019.
Salario mínimo para empleados del hogar en 2019
A través del Real Decreto 1462/2018, publicado en el Boletín Oficial del Estado (BOE) el pasado 21 de diciembre, el Gobierno fija que el salario mínimo de las empleadas del hogar en 2019 es de 900€ mensuales (brutos) distribuidos en 14 pagas (un incremento del 22,3% respecto al año anterior, cuando era 735,9€/mes).
Año
SMI bruto (14 pagas)
SMI bruto (12 pagas)
2019
900 €/mes
1.050 €/mes
2018
735,9 €/mes
858,5 €/mes
2017
707,6 €/mes
825,5 €/mes
2016
655,2 €/mes
764,4 €/mes
2015
648,6 €/mes
756,7 €/mes
Además, en el caso de los empleados del hogar que trabajen en régimen externo (su relación laboral es inferior a 120 días, con el mismo empleador), el salario mínimo alcanzará los 7,04€ brutos por hora efectiva trabajada. Y para aquellos empleados del hogar que su actividad no supere los 120 días, además del salario mínimo, tienen derecho a la parte proporcional de los festivos y de las pagas extraordinarias, siendo el salario diario de 42,62€.,:
Lo dicho esto es Sebtacastillejos...
El empleo transfronterizo no volvera.
De la explotación de las empleadas de las casas, Vox ni se pronuncia ni quiere saber nada de las empleadas. A Vox no le interesa casos de explotaciones.
La respuesta de "contraten a españolas o residentes" es lo de siempre, todo muy fácil de decir. Miren ustedes, señores que lo saben todo. La cuestión es que yo meto en mi casa a alguien de mi estricta confianza y no quienes ustedes digan. Y por mi empleada de hogar que vive en Marruecos, pondría la mano en el fuego por ella en cualquier momento. ¿Podría decir eso de una empleada de hogar de aquí?. Dejémonos de tonterías, si usted tiene tanta confianza en las personas, meta en su casa a quien quiera, y dele su tarjeta de crédito y las llaves de su coche mientras usted se va de vacaciones donde quiera. Mientras tanto, deje que las demás decidamos a quién metemos en nuestras casas a trabajar. Y mi empleada de hogar aunque no viene a trabajar, sigue cobrando su sueldo, tarde el tiempo que tarde en venir mientras no abra la frontera. Es cuestión de confianza, civismo y responsabilidad, por ambas partes.
La historia se repite, El largo camino a casa.
Echenique, ese elemento gubernamental, disponía de una empleada de hogar sin asegurar. Todo un ejemplo.