Quedan pocas semanas para cerrar un 2018 muy negativo en materia migratoria. Con muertes contadas (más de 2.000 en el Mediterráneo), con otras muchas desconocidas (las de aquellos que han perecido en ruta), pero con la unión de quienes con sus gestos, con sus encuentros y con su silencio denuncian y pretenden apelar a las conciencias. En Ceuta, cada mes, son muchos los que han dedicado unos minutos a recordar a los desaparecidos, a denunciar las agresiones, a defender que otra política es posible.
Tras la firma del Pacto en Marrakech hay esperanza de que se apueste por vías migratorias seguras, eliminando las violaciones de los derechos humanos que siguen produciéndose en la llamada Frontera Sur de Europa.
Los reunidos en esta cita ya tradicional en la Plaza de la Constitución unieron sus voluntades y deseos para que la gente no se crea los "bulos" fáciles en contra de los inmigrantes, consiguiendo que "la voz fuerte" sea la de los demás.
Ceuta sigue siendo un enclave testigo de esa política de blindaje que ahora se escenifica con la construcción de un campamento a pie de Berrocal. El Círculo de Silencio aspira a que el próximo año haya cambios sin olvidar a quienes desde ya trabajan, muchas veces sin ser protagonistas, en la puesta en marcha de otro mundo. Se recordó también a quienes este año han "hecho que sea mejor" como los bomberos de Sevilla, el alcalde de Riace, los tripulantes del Santa Pola o Helena Maleno "que ha tenido que hacer las maletas porque no le han renovado el permiso de estancia en Marruecos y le han declarado persona non grata", denunciaron.
Si , claro .....