Lejos de cicatrizar, la brecha abierta en el movimiento vecinal de Ceuta continúa ensanchándose. El último capítulo de la batalla interna que mantienen las dos facciones en las que ha quedado dividida la FPAV se produjo en la tarde-noche del lunes,
cuando el sector crítico agrupado en torno a la Plataforma Vecinal se impuso en una votación en la que canalizó el rechazo a la junta directiva diseñada en mayo por el presidente de la entidad, Juan Moreno. El recuento final, 25 votos en contra y 13 a favor, deja la dirección de la FPAV, según la oposición, reducida “al presidente y a un par de miembros más” y con el rechazo explícito de la mayoría de los presidentes de las barriadas.
La asamblea del lunes, como reconocía ayer la presidenta de San Daniel, Sandra Contreras, estaba ya “caldeada” por la propia fecha fijada para la cita. La Plataforma Vecinal ya tachó la semana pasada de “falta de sensibilidad, respeto e indiferencia” que la convocatoria coincidiera con el arranque del mes festivo de Ramadán, circunstancia que atribuyeron a una estratagema para que los representantes de las asociaciones de mayoría musulmana no pudieran acudir al coincidir la reunión con el momento del rezo y la ruptura del ayuno. La petición de nueva fecha que solventara el obstáculo cayó entonces en saco roto.
La asamblea, según Contreras, fue “llevadera” pero “sin sentido”. Además de mostrar su rechazo al día elegido, la mayoría de los líderes vecinales ratificó su disconformidad con el equipo de Moreno. Entre los motivos, el rechazo a que los integrantes de las sectoriales –los grupos encargados de la gestión vinculada a áreas como Juventud, Consumo o Mujer– gocen de derecho a voto. “Las sectoriales se hicieron para apoyar al presidente, para que se encargasen de determinados temas, pero sin derecho al voto. Por eso no entendemos que estén en la junta directiva y encima con capacidad de votar”, aclara la presidenta de San Daniel poniendo voz al sector crítico.
La Plataforma Vecinal se pregunta “cómo piensa trabajar ahora” el presidente de la FPAV con el voto de censura evidenciado el lunes contra su equipo. “A ver qué dice, porque ya no podrá acusarnos de haber hecho las cosas mal”, aseguran. La oposición ve a Moreno “perdido” y le acusa de “atribuirse” gestiones aprobadas antes de su nombramiento al frente de la federación tras las elecciones del 2 de mayo. “Las visitas de los vecinos al Parque del Mediterráneo, por ejemplo, quiere acreditarlas como algo hecho por él, cuando se han realizado todos los años y además lo lleva directamente Medio Ambiente. Es como las Cruces de Mayo, que se cierran a principios de año. No puede decir que está luchando por cosas que se ha encontrado hechas. No tiene sentido”, denuncia Contreras.
Las 42 asociaciones agrupadas en torno a la Plataforma esperan ahora la respuesta de su presidente, en teoría sin junta directiva a su alrededor. “Conforme vayan surgiendo las cosas se irán tratando”, confían los críticos.
Cámaras, actas, denuncias... y la incógnita del futuro
De la profundidad de la escisión en el seno de la FPAV parece dar cuenta el detalle de que la reunión del pasado lunes incluso fuera grabada por una cámara instalada en la sala. El sector crítico ha solicitado ya que se le entregue una copia de la filmación y también de las actas en las que el presidente, Juan Moreno, dejó constancia de las protestas contra el derecho al voto de los integrantes de las sectoriales. “No nos lo dieron, pero he comunicado que queremos una copia de ambas cosas”, ratificaba ayer Sandra Contreras. Por delante queda también la denuncia e impugnación de los elecciones del 2 de mayo, el penúltimo eslabón del conflicto vecinal.