El Puerto refugia al ‘Frida’ por razones humanitarias, técnicas y de seguridad

{jaimage crop="MR" /}Ya pisan tierra firme. El barco con bandera de Ghana y tripulación de la misma nacionalidad abandonado a su suerte por el armador, atracó ayer en la intersección entre Dato y la primera alineación del dique de Poniente, después de cinco meses fondeado en la Bahía Norte.

Remolcado desde la playa de Benítez hasta las instalaciones portuarias, el Frida se encuentra amarrado desde ayer a mediodía en el mismo lugar que ocupó el ballenero noruego Globe.
La Autoridad Portuaria informó ayer de que ha dado refugio al buque por razones humanitarias, técnicas y de seguridad marítima a partir de la solicitud de Capitanía Marítima y de acuerdo tanto con la directiva como con el real decreto correspondiente que regula las situaciones de esta naturaleza.
Tanto este órgano de administración marítima como el ente estatal ya mantienen contacto con el propietario de la embarcación que, en principio, expresó su voluntad de abonar la cantidad que adeuda a la tripulación y trasladar el Frida de regreso a Ghana, señaló ayer José Torrado, presidente de la Autoridad Portuaria. Según las perspectivas que plantea el armador, el barco podría zarpar en una semana o diez días, indicó el máximo representante del Puerto de Ceuta.
La Autoridad Portuaria suministró agua dulce al barco para que el grupo pueda asearse y la tenga almacenada para los próximos días a la espera de que se solucione su caso. Para la resolución de este conflicto, José Manuel Ortega, inspector de la Federación Internacional de los Trabajadores del Transporte –ITF en sus siglas en inglés– se personará este lunes en Ceuta y estudiará las opciones con los trabajadores.
Las previsiones de los marineros son menos halagüeñas y desconfían de Benny Whaley, dueño de la nave. Samuel Wallendoff, primer oficial del buque ghanés, calculó que les debe en total 100.000 dólares en concepto de salarios. Una cantidad que comprende del 23 de agosto de 2012 a mayo de 2013.
Emmanuel. W. Gumah, capitán del barco, Wallendoff, Nataliel, Patrick, Manuel, Ibrahim, Aizin y Yosue pisaron suelo ceutí en buen estado de salud después de cinco meses sobre este pesquero reconvertido y cuya construcción data de 1964. “Estoy contento de volver a estar en tierra, pero lo estaría aún más si lo hiciera con los bolsillos llenos”, comentó Patrick en clara referencia al impago de quien les contrató.
Voluntarios de Cruz Roja se personaron ayer en el muelle situado frente al control de la Guardia Civil, en la zona de preembarque a los ferrys, para entregarles alimentos y botellas de agua, por lo cual expresaron su agradecimiento a la institución sanitaria. Efectivos del Puerto también les proporcionaron provisiones.
El periplo de los ocho marineros comienza en octubre de 2012 tras completar su trabajo para la empresa Fugro. Desde agosto de ese año, el Frida fue uno de los barcos que escoltó al buque Geo Pacific en Senegal, preparado para estudios sísmicos en el mar de empresas petroleras y gasistas con el fin de poder realizar prospecciones con garantías.
Concluída su labor, el armador le comunicó que navegara en dirección norte donde se encontraría con otra embarcación que le proporcionaría los suministros que necesitaba. Sin embargo, en el último momento, relató el primer oficial, recibieron un mensaje de Whaley en el que les instaba a desplazarse hasta Las Palmas de Gran Canaria.
Una vez repostaron, el armador dio nuevas instrucciones: tenían que continuar su viaje hasta Ceuta donde la tripulación recibió formación y recogió un equipo para intervenir en caso de derrame de combustible, señaló Wallendoff, quien recordó que la empresa que impartió el curso fue la empresa EcoCeuta.
Su incursión en la ciudad autónoma, que pensaron que duraría solo cinco días, continúa en la actualidad.

Control de la Guardia Civil. Los marineros tienen libertad de circulación.
Una vez amarraron el barco al muelle, la Guardia Civil solicitó la documentación a los tripulantes del Frida para su identificación. Los ocho marineros podrán circular libremente por la ciudad autónoma aunque harán vida en el propio barco. El buque se encuentra frente al control del Instituto Armado en la zona de preembarque a los ferrys. Las autoridades que se personaron en el muelle consideran que el grupo ha demostrado en todo momento sensatez y prudencia y descartan que pueda surgir contratiempos durante su estancia en la ciudad autónoma.