Cuando parecía que el
PSOE volvía a levantar cabeza, pese a sus luchas internas, pese a la ideologización radicalizada, pese al rumbo errático; ahora va y se vuelve a suicidar apoyando lo contrario a lo que un 80% de la población desea. Que el PNV, ERC, Podemos y otros partidos de carácter totalitarista apoyen la derogación de la llamada Prisión Permanente Revisable (PPR) es algo normal, cada uno defiende su nicho de votos. Pero encontrar al PSOE como aliado de los indeseables no es que me extrañe, pero sí que supone un verdadero revulsivo para aquellos que pensaban que del actual PSOE todavía se podía esperar algo bueno. Quizá ninguna otra ley tenga más apoyo que la PPR, ni siquiera La Constitución tiene un 80% de apoyo; sin embargo, el actual socialismo español vuelve a traicionar a sus bases, a los históricos y a gran parte de los españoles que tenían, en vano, sus esperanzas puestas en ellos. Tenemos dos opciones: o prisión permanente para aquellos que cometen crímenes tan horrendos que es difícil confiar en su reinserción, o prisión permanente para nuestros hijos en casa por temor a que algún bárbaro de estos ande suelto por la calle por culpa de un sistema penal en el que prevalece el buenismo narcotizante. La PPR no es un sistema inhumano, ni mucho menos. No es la pena de muerte, ni siquiera es cadena perpetua. La PPR no desprecia la dignidad del ser humano por muy aberrante que sean sus crímenes, le da el mismo trato digno en prisión que a otros presos, donde se les proporcionan los medios necesarios para tener una vida que muchos pensionistas no alcanzan en la calle. La violencia que ocurre dentro de las cárceles no es por parte del Estado.
¿ Qué defiende el PSOE entonces ? El PSOE sólo defiende dar una patada en la espinilla a los Populares, prefieren autoinmolarse si con ello creen que van a hacer daño al actual Gobierno. Esto constituye por sí solo una prueba evidente de que el PSOE no está preparado para gobernar. Nada se puede esperar de un partido en el que prevalece su intención dañina con el adversario político, frente a la política constructiva. Pese a que el PSOE apoya la derogación de la ley son incapaces de presentar una ley alternativa al escándalo de las reincidencias criminales aprovechando los permisos carcelarios.
Con esta actitud el PSOE de Sánchez, fidelísimo heredero de Zapatero, ha demostrado que no le importa la voluntad de los españoles, ni el futuro de España, ni de nuestros hijos. No les importa la reincidencia absoluta de los violadores, de los psicópatas, ni de los asesinos de niños.
En definitiva el PSOE, ante la duda, ha preferido poner las preocupaciones encima de la cabeza de las familias, que en la de los criminales.