En noviembre de 2007 el Ministerio de Interior decidió que la Guardia Civil tuviera una Comandancia digna en el solar ocupado por el cuartel de las Heras. Se habló de plazos e incluso se apresuraron a poner fechas de posibles inauguraciones. Ocho años después, el terreno sigue vacío, sin presupuesto para su construcción mientras la casa cuartel de Hadú amenaza ya con convertirse en una de las comandancias más viejas del país. La crisis hizo mella en el pretendido proyecto.
La crisis y la falta de apuesta política por dotar al Instituto Armado de un lugar digno. Institucionalmente se apostó más por obras como la de la nueva cárcel, hasta el punto de haber absorbido las partidas destinadas a obras procedentes de los Presupuestos Generales del Estado de los últimos años. La política de la demolición se impuso sobre la de la restauración. Lo mismo sucedió con el Cine África, convertido en escombros sin contemplaciones para acoger viviendas pero convertido, hoy por hoy, en un solar utilizado exclusivamente a modo de aparcamiento. La asociación en defensa del patrimonio, Septem Nostra, reclamó hasta el hartazgo que se apostara por la restauración del antiguo Cine, tras sufrir varios incendios provocados y convertirse en zona de cobijo para inmigrantes, todo ello después de una expropiación forzosa argumentada por la Ciudad por la necesaria construcción de un Palacio de Justicia. Ni una cosa ni la otra. Han pasado más de cuatro años con el solar sin utilidad más allá de servir de parking improvisado para los vecinos. Lo mismo ocurre con los terrenos que, dicen, servirán para la futura Comandancia. Septem Nostra reclamó también otras alternativas contra el derribo, ya que se trataba del único edificio del siglo XVIII que se conservaba en buenas condiciones en toda Ceuta. El hecho de que no estuviera considerado como Bien de Interés Cultural -BIC- fue el argumento político utilizado por la Administración para su derribo. Éso y la urgencia por dotar a la Benemérita de una Comandancia. Esa urgencia no lo ha sido tanto cuando ocho años después el solar está vallado y solo se permite la entrada a los camiones de los feriantes durante las fiestas patronales. Septem Nostra siempre ha apostado por conservar los edificios con historia. En el caso del cuartel de las Heras no se atendieron sus quejas, que incluso fueron trasladadas al Defensor del Pueblo. Tan solo se salvó el Pabellón que sí está protegido pero permanece igualmente abandonado, siendo objeto de entradas de inmigrantes, prostitutas o jóvenes que practican el botellón lo que ha obligado a ser tapiado en varias ocasiones. Las partidas presupuestarias no contemplan, de momento, acción alguna en ambos puntos, que no son más que claros ejemplos de la nefasta política de conservación desarrollada en Ceuta.