Presentado por el hermano mayor de la Cofradía, Carlos Orozco, y ante una ermita repleta (incluido el presidente de la Ciudad, Juan Vivas; el presidente del Consejo de Hermandades, Juan Carlos Aznar; hermanos mayores y otras autoridades), Chiki engarzó un pregón en el que se entrelazaron los tintes biográficos con la devoción antoniana, las reminiscencias del pasado con el reconocimiento al santo más venerado de la ciudad, los olores y sabores de la niñez con la entrega religiosa.
Fue el primer ingrediente, el de las décadas que se fueron, el anzuelo que encandiló a su público. El pregonero recreó el ambiente que se respiraba en su casa todo 13 de junio, cuando su padre y su madre cumplían el ritual que arrancaba en el desayuno y culminaba en una tarde campestre. Lo hizo guiado por un hilo conductor que engarzaba chispas de humor y sentimiento. Así, recuperó aquellos años infantiles en el pabellón militar de Las Heras, aquellos tiempos en los que la única preocupación era jugar con sus hermanos Neli y Ramón. Para este último, y para su padre, fueron los pasajes más emotivos. “Éste no es mi pregón, sino el de ellos, el que nunca pudieron dar”, reconoció como arranque de su intervención.
A partir de ahí, por sus recuerdos desfilaron el olor a gomina, el sabor de aquella mítica La Casera (que robaba de la botella y reponía con agua en secreto), la vestimenta oficial del Día de San Antonio (camisa azul y blanca, pantalón ocre y calcetines inmaculados), la salida hacia el coche “en perfecta formación” cargados con el arsenal campestre (nevera, mantel e incluso la cuerda para el columpio...). Y sobre todo la particular banda sonora que cada 13 de junio tatareaba su padre al volante, camino de la cuesta que conduce al Hacho: “Por el camino verde, camino verde que va a la ermita”.
La estampa del padre “leyendo un libro bajo un árbol”, la de un hermano “durmiendo entre flores”... La estampa biográfica rescatada del pasado y proyectada sobre el mismo escenario décadas después, con la imagen de San Antonio contemplándole a su derecha y entregado a los presentes. Así avanzó el pregón de Francisco Luis Jiménez, que se definió como “antoniano por convicción” y ratificó su compromiso de “no dejar nunca de subir”. Porque, asumió, cuando regresa hasta la ermita se proyectan en su mente los recuerdos de amigos y de familiares que acaban enmadejados con los de “aquel palo de barco” que no era otro que el mástil del Cañonero Dato o aquellos huellas, las mismas que cuenta la tradición que dejó Franco en 1936, que le hacían interrogarse sobre “cómo sacarían luego a aquel tío del barro”. Y los pinares (“entonces eran pinares, Juan”, dijo fijándose en el presidente de la Ciudad, “no los de ahora”), y la abuela Pura, y el vecino Luis Navarro, y el agua de la potabilizadora, y la sobriedad castellana del padre. Y, por dos veces mencionada, la sensación del tacto de la mano de ese hermano desaparecido.
San Antonio portugués, italiano, ceutí de adopción. El más venerado. A él encomendó Chiki la protección de los “desahuciados y los desamparados, los que sufren”. A cambio le prometió “no faltarte nunca”, como en aquellos tiempos adolescentes en los que antes de visitarle fumaba un Almina o, siendo niño, la jornada culminaba en banquete campestre, en panecillos bendecidos y en estampas familiares. San Antonio por los que se fueron y por los que vendrán. Y entonando siempre, tal y como cerró su pregón, “por el camino verde”.
Días de cultos que culminan con los actos del jueves
La Eucaristía oficiada por el reverendo Cristóbal Flor, párroco del Valle, y el Rezo del Responsorio que precedieron al Pregón inauguraron los actos en honor a San Antonio. Hoy mismo, con motivo del Año de la Fe, la imagen del santo estará expuesta en un Solemne Besapié de 10:00 a 13:00 y de 18:00 a 21:30. También hoy, y hasta el martes, comienza el Solemne Triduo, con rezo del Santo Rosario a las 19:00 y Misa a las 19:30. El gran día llegará el jueves, 13 de junio, festividad de San Antonio. La tradicional romería arrancará a las 10:30 de la Plaza de África, a las 12:00 se oficiará la Misa en la ermita. Posteriormente se cumplirá la entrega de panecillos y la procesión de la imagen por los alrededores.