El propio consejero de Economía, Hacienda y Recursos Humanos, Guillermo Martínez, reconocía el pasado viernes que la Ciudad Autónoma realizaría todos los esfuerzos posibles a lo largo del presente año para intentar reducir el pago a los proveedores a la cifra de treinta días, porque en ese camino se han propuesto a través de los disintos mecanismos que han introducido en los últimos años y de manera especial después de la aceptación del pago extraordinario a proveedores que se realizó el año pasado.
Y el compromiso del Ejecutivo sigue en pie. En 2013 se intentará pagar todo en 30 días, “y si puede ser menos, en menos”, ha afirmado rotundo Martínez.
Para lograrlo, el Ejecutivo, tal y como ha recordado el portavoz, se ha dotado de un programa informático que localiza automáticamente el estado en el que se encuentra la factura y hace recaer la responsabilidad de su atasco directamente sobre la persona responsable. “No lo podemos garantizar, pero el objetivo es ese”, ha reiterado Martínez.
Ahora mismo, en el caso de las pequeñas y medianas empresas la Ciudad Autónoma está abonando sus facturas entre los treinta y los sesentas días, lo que supone un adelanto importante en relación con el calendario que existía con anterioridad.