El menor marroquí que fue interceptado por la Guardia Civil el pasado martes después de colarse en el interior del cuartel pasó ayer por Fiscalía y se llevó la oportuna ‘reprimenda’ en forma de medida cautelar.
Así, deberá pasar tres meses de libertad vigilada en el propio centro de La Esperanza de Hadú, con la advertencia de que deberá estar en el propio albergue sin abandonarlo en ese periodo.
El menor formaba parte de un grupo de cinco que se reunieron para intentar colarse en la Comandancia con ánimos no aclarados aunque todo apunta que pretendían apropiarse de lo ajeno. Solo dos llegaron a entrar y a uno se le interceptó en el interior. Que no se dieran cuenta de que estaban entrando en una Comandancia es difícil de creer.
Los propios agentes localizaron a este MENA dentro ya de las instalaciones, nada más apercibirse de que había accedido a la casa cuartel por la parte más cercana al campo de fútbol.
En el albergue de Hadú el Área de Menores intenta llevar un control sobre la población de MENA que en demasiadas ocasiones no puede cumplirse. Al no tratarse de un centro a puerta cerrada, los menores acostumbran a salir del albergue y pernoctar en el puerto o, como hicieron meses atrás y aún siguen haciendo, en las cercanías de la planta de residuos del Hacho o del viejo edificio de La Esperanza ya clausurado.