“El gran problema que hay en la Policía es la falta de personal”

El próximo 6 de marzo habrá asamblea extraordinaria para ratificar o renovar la cúpula local del sindicato de la Policía Nacional UFP. Lo habrá porque es la propia Ana Moya -actual secretaria general- la que ha anunciado y promovido la convocatoria de dicha asamblea dando voz a los afiliados para que digan qué riendas son las que quieren para un sindicato definido por su carácter reivindicativo ante la Jefatura Superior. Moya presentó ayer su candidatura, la única que, de momento, se conoce para optar a este reto. Cualquier afiliado a la UFP tiene la oportunidad de presentar su candidatura.
–¿Qué está pasando en la UFP para que de sorpresa se anuncie ahora esta asamblea extraordinaria?
–Está convocada con la intención de, a nivel personal, ratificarme como secretaria general, siendo los mismos afiliados los que tengan la oportunidad de dar su opinión para decir si se está haciendo la labor bien o mal. La UFP es un sindicato muy democrático, en donde todos tienen voz. Lo que deseo es que los propios afiliados sean los que digan si merezco continuar en el puesto o hay alguien que esté dispuesto a hacerlo igual o mejor que yo. Es una forma también de que tanto mi Comité como yo coja confianza, porque somos personas que hemos peleado mucho para conseguir mejoras, aunque quedan todavía muchas más por conseguir. Esta asamblea es una manera de tener esa confianza del apoyo.
–¿Por qué esa necesidad de calar esa confianza, por qué ahora?
–En el último mes, debido a unos problemas personales, me he visto en tela de juicio por un par de miembros del propio Comité, ya que el resto me apoya. De los diez miembros que forman el Comité ha pasado esto con dos. Al igual que estas dos personas me han puesto en tela de juicio quiero que los demás afiliados y delegados que tienen la capacidad de voto opinen, conozcan la situación, sepan el porqué se me ha puesto en tela de juicio y si ellos consideran que debe haber otra apuesta que se haga. La asamblea la he solicitado yo personalmente, es una decisión voluntaria con la que quiero demostrar y aclarar a todos los afiliados de lo que ha pasado. Los problemas personales no tienen por qué influir en lo profesional, ni voy a permitir que eso ocurra ni que nadie mezcle cuestiones que no deben mezclarse.
–Entiendo que se busca estar al lado de un equipo que esté unido y en el que no haya este tipo de situaciones...
–Tengo una confianza plena en la mayoría del equipo y voy a seguir manteniéndolo. Siempre que se ha tomado una decisión se ha hecho de forma consensuada, sea con una reunión oficial o no pero siempre he contado con mis compañeros para tomar decisiones. Esto se ha hecho tanto para denunciar asuntos públicamente o por la vía interna. Siempre he tenido el apoyo de ellos y espero seguir teniéndolo. Los resultados están ahí, seguimos aumentando en el número de afiliados y tengo plena confianza en mí y en mi equipo. De esta manera quiero demostrar que las personas que van conmigo en la candidatura somos gente que vamos a seguir peleando porque la plantilla de Ceuta mejore día a día. Las mejoras las hemos ido consiguiendo poco a poco aunque nos quedan más por conseguir. Todos sabemos la crisis que hay y cómo afecta a la Policía, pero eso no quita que vayamos a seguir reivindicando y apostando por los derechos de los compañeros. Es nuestra obligación: pelear por los derechos de los funcionarios.
Todas las quejas que hemos transmitido a Madrid se ha hecho en nombre y representación de todos los afiliados. Cualquier escrito que se haya presentado de queja al CEF (Comité Ejecutivo Federal) ha sido en nombre de los afiliados, lo que no nos gusta es que las cosas se personalicen.
–Usted se pronunció como una de las firmes defensoras del cabeza visible de la UFP en Madrid, Arrillaga. ¿En qué queda ahora ese apoyo, cuál está siendo su relación con Madrid en estos momentos?
–En su día apoyé esta candidatura y si vuelvo a ganar en las próximas elecciones le volveré a apoyar y del personal que le rodea, sólo que, como cualquier comité, tenemos el derecho de trasladar las quejas que nos llegan de los afiliados pero eso no quiere decir que por mi parte haya una mala relación ni que la vaya a haber en un futuro. Por supuesto el día de la asamblea espero que estén apoyando al candidato que resulte vencedor, sea yo o sea otro. Nos gustaría contar con su presencia.
–La UFP se ha caracterizado por tener una relación crítica con el jefe superior José Luis Torres. De hecho hubo quienes les calificaron de ‘mosca cojonera’. ¿En qué estado se encuentran esas relaciones y qué balance considera que se ha conseguido para beneficio de los policías?
–Las relaciones están ahí, cuando tengo alguna cuestión que plantear por parte de la UFP sigo acudiendo al jefe superior para hablarlo. Eso no quita que no sepa, porque así me lo ha transmitido el propio Torres, que crea mucho malestar dentro de la Jefatura cada vez que el sindicato públicamente denuncia algo. Nosotros siempre hemos reivindicado las mejoras en las reuniones habidas o mediante alguna entrevista personal, pero si no se obtienen resultados debemos denunciarlo públicamente. Lo hacemos porque consideramos que gracias a esa presión se consiguen las mejoras. Hay ocasiones en las que la vía del diálogo ha funcionado, de hecho es una vía abierta pero si no obtenemos soluciones algo tenemos que hacer. Hacemos reivindicaciones porque consideramos que se vulneran derechos de los propios compañeros. A veces, incluso, derechos humanos. Es la obligación de cualquier sindicalista utilizar esta vía, que los demás no lo hagan es su problema.  
–¿Qué se ha conseguido gracias a esa reivindicación?
–Por ejemplo en frontera hemos conseguido avances. De cómo se estaba antes, que se anegaban algunas dependencias cuando llovía a ahora... se ha mejorado. En cuestiones básicas como el área de riesgos laborales se ha avanzado porque antes no se tenía ni un extintor, ahora tienen vestuario, una sala de reunión... quedan mejoras por hacer. Las condiciones infrahumanas en que trabajan por falta de personal no se han eliminado. Vamos a seguir reivindicando por esa vía, para que venga más personal a la Jefatura de Ceuta. Hay asuntos por resolver porque los compañeros, cuando hay temporales, siguen mojándose, trabajando ocho horas seguidas en condiciones nefastas. Por eso vamos a pelear para que esto cambie. En puerto también quedan muchas mejoras por conseguir. Con el jefe del puerto tenemos un buen diálogo y vamos a seguir trasladando reclamaciones. Se necesita avances en infraestructuras y cambiar la falta de personal que hay por turnos.
En realidad el principal problema que tenemos en Ceuta es la falta de personal, o que está mal repartido. Si el jefe superior dice que hay un catálogo de puestos de trabajo adecuado, no es comprensible que los compañeros no puedan estar en turnos rotativos en el puerto porque hay falta de personal, que tengan que echar horas de más porque faltan agentes... esto no nos cuadra. En seguridad de calabozos se ha mejorado poco porque las deficientes infraestructuras impiden que haya más medios. Lo que sí pedimos es que, si no hay medios, que al menos se les facilite la labor a los compañeros que están trabajando en esas condiciones tan nefastas. Que no se produzca, por ejemplo, una sobrecarga de detenidos como la que se da en los calabozos. Tenemos, por ejemplo la vía de frontera, pero al no haber personal para cubrir los puestos el problema no se soluciona. En definitiva el gran problema es eso: la falta de personal. Si se nos responde que el catálogo está cubierto, habrá que solicitar una ampliación y lo tendrá que hacer él porque es el principal responsable de esto. Nos queda mucho por hacer.
–Ustedes han sido muy críticos con los apedreamientos, los controles de ‘pantomima’ organizados en el Príncipe, la quema de vehículos... ¿qué tiene que decir ante asuntos que no cambian?
–Los apedreamientos, por ejemplo, se siguen produciendo aunque se ha rebajado la crispación de aquellos días, pero le tengo que decir que estamos en las mismas circunstancias. Ha venido la UIP de Sevilla pero los compañeros de la UPR siguen pasando las mismas calamidades que antes. Se ha mejorado algo su calidad a nivel familiar, pero por lo demás las condiciones siguen siendo las mismas. Mientras no haya una voluntad política de arreglarse todo esto, no se va a hacer nada. Si los policías, los que están trabajando allí día a día, aportando ideas y soluciones y luego nada se hace... estamos igual. A nosotros no nos vale de nada que vengan las autoridades a darse el paseíto por el Príncipe si no están adoptando soluciones y los policías siguen atravesando situaciones precarias. Las asociaciones de vecinos se van separando de los policías... y es una pena, porque lo que debería ser una unión entre ambos no se está dando y nos estamos separando cada vez más por culpa de esto. Los policías están crispados por un lado y los vecinos por otro... esto se palpa y es una pena. Debería haber una buena relación porque es una minoría la que hace daño. Si esa buena relación se fomentara por supuesto que se podría luchar contra esos delincuentes que están atentando contra los policías y haciendo daño a su propia barriada. Si no se fomenta y, no sé por qué motivo, estamos cada vez más separados y crispados... esto no va a llevarnos a nada bueno. Es una obligación nuestra reivindicar lo que no funciona. Tenemos la esperanza de que el nuevo delegado haga algo diferente. Hace falta una solución rápida, no mandar refuerzos urgentes de la UIP, eso no sirve.
–¿Son los policías usados como marionetas por los políticos? Y me refiero, por ejemplo, a la organización de aquellos controles con los que se blindó el Príncipe.
–En muchas ocasiones los compañeros nos lo han hecho llegar, se sienten marionetas, no se nos puede utilizar así, ni se puede dar esa imagen al ciudadano de que somos marionetas porque tenemos una formación, una preparación muy buena para que se degrade a una persona así.
–¿Y de esto quién tiene la culpa?
–Entiendo que hay una falta de entendimiento entre las fuerzas y cuerpos de seguridad y la Delegación del Gobierno. Los mandos policiales deben encargarse de trasladar una idea para que se den órdenes adecuadas. Quien no tiene la culpa es el ciudadano o el policía al que le toca estar trabajando.
–¿Qué espera Ana Moya de la asamblea próxima?
–Espero que el apoyo que he tenido de compañeros en unos momentos duros personales, comprendiendo mi situación, lo expresen el día de las urnas. Es importante una UFP unida en la lucha, si no estamos unidos cómo luchar. Quien salga que luche por los intereses de todos los afiliados no por los particulares. No quiero compañeros que tengan intereses por liberaciones, o por sacar beneficios personales. Hay que pelear por el sindicalismo y por hacer las cosas bien hechas.