Una vez que la Ciudad Autónoma tiene este informe en sus manos, vuelve a mantener que el mismo tiene un carácter público a todas luces. Fuentes de la Consejería de Economía y Empleo han señalado a esta redacción que cuando se hizo el encargo no fue para beneficiar a nadie personalmente, “sino porque habían sido varias las personas que habían acudido a Procesa para indicar su interés por invertir en una clínica privada”.
Por ello, se apostó por esta iniciativa como instrumento de apoyo a estos potenciales inversores.
El mismo presidente de la Ciudad, Juan Vivas, cuando fue preguntado en su momento por este encargo dejó muy claro que, por un lado, se pretendía conocer la posibilidad de la viabilidad o no de una inversión de estas características en Ceuta.
Con ello, se conseguía por un lado que las posibles ayudas que pudiera prestar la Ciudad Autónoma no fueran a caer en saco roto a medio o largo plazo y que los mismos inversores no tuvieran necesidad de realizar un esfuerzo si no existía un campo abonado. Y que incluso para las personas del sector sanitario para que no existieran ideas de expectativas de empleo si no hay era viable.
Indiquemos que, hasta ahora, la única oferta que ha visto la luz aunque sea de manera extraoficial es la de un grupo de empresarios del sector sanitario ceutí que hablaron de la posibilidad de hacerse cargo del antiguo hospital de la Cruz Roja.
Una situación que se alargaría en el tiempo porque todavía están abiertas las negociaciones entre el Instituto de Gestión Sanitaria y la misma Cruz Roja.