Volvió a salir el tema de la emisión en RTVCE de las palabras de Benaisa en la rueda de prensa posterior al Consejo de Gobierno que tuvo lugar en la jornada de ayer. Y todo ello porque determinados organismos del Ministerio de Sanidad habían criticado la citada emisión. El mismo consejero de Hacienda y portavoz del Gobierno volvió a reiterar que aunque no salió adelante la propuesta que le había hecho al partido socialista para que los profesionales de la información de Ceuta fueran quienes redactaran un código de conductas destinados a los medios públicos, ello iban a seguir adelante.
Avanzó, por supuesto, que desearía que cada medio nombrara a un representante para que formara parte de esa comisión que luego elevara esas medidas al Gobierno y éste las llevaría a un pleno.
Insistió y se refirió mucho al tema desde el punto de vista condicional que si se había producido un error con la emisión debía ser analizado por el propio ente televisivo.
Donde si envió un mensaje claro fue a los socialistas, porque entró que el verdadero problema diferenciador entre unos y otros es que mientras Carracao es partidario de que sean los políticos quienes redacten esas normas y se las impongan a los profesionales, desde el Partido Popular la visión es totalmente distinta, que sean los profesionales quienes se las impongan a los políticos para que las pongan en marcha, “porque no lo que no voy a permitir es que nadie se convierta en censor”.
Si dijo que volvía a insistir en que de manera independiente a la emisión del programa por el ente televisivo ceutí, se debía ir más lejos y "lo que no se puede es matar al mensajero, porque el verdadero problema está en quien lo dijo y como nadie dentro de la sociedad ceutí puede estar de acuerdo con argumentos de esa índole".
Ya el miércoles durante la sesión plenaria, los dos políticos, en nombre del Partido Popular y del PSOE, ya se enfrentaron con las mismas tesis en cuanto a toda la polémica relacionada con Benaisa y sus afirmaciones en una conferencia que con posterioridad se emitió por la Radiotelevisión Pública. Lo cierto que es estamos en una polémica que todavía no ha tocado sus últimos coletazos en afirmaciones.