Algo más de cuatro años de prisión y una indemnización de 636.275 euros. Esa es la petición que ha mantenido el Ministerio Fiscal para los dos palentinos que fueron detenidos, en marzo de 2010, con 149 kilos de hachís ocultos en el camión de uno de ellos. Ante el juez del juzgado de lo Penal número 2 se puso de manifiesto la trama de pase de hachís en camiones que desde hace un par de años viene marcando las intervenciones antidroga que desarrolla el Instituto Armado. Dos hombres, los llamados F.J.A.B. y F.J.S.M. se sentaron en el banquillo de los acusados para, en resumen, echarse, el uno al otro, la culpa de la posesión e intento de pase de hachís desde Ceuta a la península. Sus respectivos abogados siguieron esa misma estrategia, defendiendo los intereses de sus clientes, mientras que la representante del Ministerio Fiscal no tuvo duda alguna para entender que ambos estaban implicados en un tráfico de hachís, aludiendo a la notoria importancia del pase por la cantidad reseñada: 149 kilos de esta sustancia.
Las declaraciones de los agentes de la unidad antidroga del Cuerpo de poco sirvieron para esclarecer el tipo de redes que se mueve detrás de los pases de hachís en camiones. De hecho los dos agentes que prestaron declaración reconocieron que no pudieron ir más allá en las investigaciones tras el análisis de los cuatro móviles que intervinieron a los detenidos.
Dónde se preparó el doble fondo ubicado en uno de los depósitos de combustible del camión o en qué lugar de Ceuta se cargó el hachís fueron algunas de las cuestiones que pretendían esclarecer con una investigación que terminó cerrándose sin dar estos frutos.
El dueño del camión, F.J.S.M., negó que tuviera algo que ver con el pase y culpó directamente a quien, hasta el 1 de marzo de 2010 (fecha de la aprehensión de la droga), había sido su amigo. En su declaración ante el juez señaló que desconocía que hubiera droga en el camión y que supo de su existencia cuando al cruzar el puesto de control de la Benemérita su acompañante, F.J.A.B., se lo dijo. En ese momento no se lo confesó a la Benemérita por miedo. “Él me decía que estuviera tranquilo, que no pasaba nada, por eso no se lo dije a la Guardia Civil, porque tenía miedo”, señaló. El camionero había llegado a Ceuta para desembarcar un cargamento de galletas procedente de Miranda de Ebro (Vitoria) en el polígono del Tarajal y mantiene que tras la descarga del material regresó al puerto, en donde dejó el camión, dejó al otro acusado descansando con las llaves y él se fue a dar una vuelta durante, aproximadamente, dos horas. En ese periodo, sospecha, se habría producido la carga de la droga sin que él nada supiera hasta que se aproximaba al embarque.
El Fiscal cree que miente, sobre todo por las contradicciones mantenidas entre esta declaración y la que ofrecía nada más ser detenido, cuando dijo que sabía de la existencia de la droga y que la iba a pasar en su camión para ganarse una comisión de unos 9.000 euros. El camionero se defendió al señalar que cuando dijo aquello fue asesorado por quien era su asistente legal de oficio, pensando que aquello le podría beneficiar, “pero la verdad es que el otro”, dijo en referencia al otro acusado, “fue el que propuso el pase. No sé por qué dije aquello porque no me puedo autoinculpar de algo que no era mío”, apuntó.
El acusado F.J.A.B. utilizó la misma defensa, el negar que la droga fuera suya para situar esa responsabilidad en el otro imputado. De hecho declaró ante el juez que cuando llegaron a Ceuta él se negó a acompañar al camionero hasta el polígono del Tarajal, quedándose toda la tarde por la ciudad hasta que, pasadas las ocho, llamaría nervioso al acusado para advertirle de que podían perder el barco. Según él cuando apareció con el camión, éste ya venía cargado. Es decir, habría sido preparado en el polígono y no en la zona portuaria. El viaje a Ceuta lo hizo únicamente para echarle una mano a quien era su amigo, ya que un viaje tan largo, de Vitoria a Ceuta, no puede ser realizado por un solo conductor. Así también, dijo, le ayudaría con la realización de los trámites en aduanas por lo que se iba a ganar unos 300 euros.
Los guardias civiles de la Compañía Fiscal que declararon destacaron que el doble fondo realizado en el depósito había sido realizado con maestría y también hicieron hincapié en que el camionero, cuando fue detenido, estaba nervioso y se mostraba sorprendido por el hallazgo del hachís, mientras que el otro acusado estaba tranquilo.
Los abogados pidieron la absolución de sus patrocinados, aunque en el caso del defensor del camionero F.J.S.M. solicitó que, de ser condenado, lo fuera como cómplice a 6 meses de prisión. Así además pidió cuatro años de cárcel por obstrucción a la justicia y amenazas para el otro imputado ya que, mantiene, durante el periodo que coincidieron en prisión se dedicó a amenazar a su patrocinado y a su esposa. De eso dio fe otro ex interno de la cárcel que acudió a testificar.
¿Y quién es el responsable?
Mientras que para el Ministerio Fiscal no cabe duda alguna de la implicación de los dos acusados en el pase frustrado de drogas, al entender que existen pruebas suficientes para implicarlos, las defensas se enfrentaron en una visión radicalmente opuesta que sitúa la penalidad de la actuación en el contrario. Para el abogado del camionero, existió un plan urdido por el otro acusado para intentar el pase de hachís llevando un cabeza de turco. Para el otro defensor, sin lugar a dudas el responsable es el camionero y su defendido es una mera víctima en esta historia.