Ayer, el consejero de Economía, Hacienda y Recursos Humanos, Guillermo Martínez, explicó a los representantes de los partidos de la oposición las líneas maestras de este expediente que, desde luego, es el más alto de la historia de la Ciudad Autónoma, pero también hay que aclarar que no supone, por supuesto, una rectificación presupuestaria porque no se hubieran realizado bien los cálculos a finales del año pasado cuando se aprobaron en pleno.
Ya entonces se advirtió que en los primeros meses del año se produciría, a buen seguro, ese expediente, porque no olvidemos que nos encontrábamos en unos momentos donde los presupuestos del Estado habían sido prorrogados y existía la dicotomía de prorrogar también los autonómicos o bien llevarlos adelante con las previsiones existentes y después rectificarlos como ahora se ha hecho. Por parte del Gobierno del presidente Vivas se eligió la segunda de las opciones.
Acontecimientos
Lo único que sucede es que luego los acontecimientos han obligado a que la presentación del expediente debiera retrasarse. En primer lugar, porque los presupuestos estatales no estuvieron aprobados de manera definitiva hasta junio, que las entidades bancarias a primeros de año cerraron de manera definitiva el grifo a las administraciones públicas a pesar de que existiera solvencia como en el caso de nuestra ciudad, a la aprobación por parte del Estado del plan extraordinario de pago a proveedores o el plan de sostenibilidad a diez años que se aprobó en marzo y que luego en junio debió ser reformado.
Además, un expediente que se presenta en unos momentos donde los informes de Tesorería que se presentan en cada Consejo de Gobierno estiman que las necesidades financieras de la Ciudad estén solucionadas a corto y medio plazo con el dinero que ahora mismo existe en caja para las obligaciones asumidas.