Es posible que Adán y Eva no hubieran cometido el pecado original si, en lugar de una manzana, hubieran sido tentados con un durian, una fruta de olor sulfuroso y un sabor que ha sido comparado al de una cebolla podrida.
No obstante, el durian (también llamado durio o durión) también tiene su cohorte de incondicionales, quienes elogian la riqueza de su sabor, que aglutina un gusto afrutado con una textura más o menos cremosa y un final entre amargo y fermentado. El intenso perfume esta fruta tropical, rancio para unos y aromático para otros, provoca que se prohíba con frecuencia en taxis, vuelos, habitaciones de hotel y otros lugares cerrados en el Sudeste Asiático. Cubierta de espinas y de un tamaño que puede igualar al de una sandía, el durian es considerado el "rey de la fruta" en Tailandia (el mangostino es la "reina") y su consumo ha aumentado vertiginosamente en los últimos años debido a la demanda desde China.
El año pasado, Tailandia, uno de los mayores productores, exportó más de 600.000 toneladas, un 13 por ciento más que en 2016, y la demanda sigue aumentando sobre todo gracias al comercio electrónico.
El pasado abril, se vendieron más de 130.000 durianes en un minuto en el portal Tmall del grupo chino Alibaba durante un acto de promoción en Bangkok en el que participó el presidente del gigante del comercio electrónico, Jack Ma. En la provincia de Rayong, al sureste de la capital, la tailandesa Bundeun Phokek, de 63 años, cobra la entrada a los turistas (unos 12 dólares o 10 euros) a cambio de una degustación sin límite de las frutas, incluidos durianes, que cosecha en su plantación Suan Yai Da.
Budeun explica a Efe que cada vez acuden más turistas a su plantación, situada en el subdistrito Tapong, y que, si en el futuro tiene excedentes de producción, se planteará vender también en internet.
"Los durianes que han madurado a la perfección son dulces, cremosos y suaves y estos durianes se consideran como los más sabrosos", indica la agricultora, quien matiza que a otros también les gusta menos maduros.
Existen unas treinta especies del árbol del durian, pero el más común es el "Durio zibethinus", del que en Tailandia existen más de 200 variedades que producen "kan yao", "chanee" o "mon thong", que significa "almohada dorada" y copa el 90 por ciento del mercado tailandés.
La temporada alta de esta fruta, que llega a pesar unos tres kilogramos, comienza en abril en el norte y centro del país y se alarga hasta finales de año en las zonas meridionales.