Pacoantonio habló. Vaya si habló. Mira que habíamos dicho que llevaba un tiempo callado y ayer el mandamás de la plaza de los Reyes se despachó a base de bien. El delegado dijo verdades, de esas que sabemos todos, que se comentan en la barra del bar, en las cafeterías, en las tertulias de andar por casa, pero a las que nadie hace frente. Es como si el pasotismo se hubiera adueñado del poder y los problemas hubieran crecido y crecido hasta casi explotar. Pacoantonio habló de las mafias que se lucran con la introducción de parturientas, de los empadronamientos ficticios, del fraude que estos empadronamientos conlleva... dando forma a una bola de irregularidades que es para llevarse las manos a la cabeza y contra la que, dice, Delegación va a actuar. Me parece bien, de hecho es su deber. A un delegado se le presume que va a trabajar por garantizar los asuntos de Estado, y estos, puestos encima de la mesa, lo son. ¿Que por qué digo que algo no cuadra en la intervención del delegado? Porque se ha dejado en el tintero lo mejor: la búsqueda de responsabilidades. Porque si ese fraude ha crecido es porque alguien lo ha consentido, porque alguien se ha lucrado con el crecimiento de ese cúmulo de irregularidades o porque alguien, que debía haber actuado, se quedaba con cara de ‘soy tonto pero cobro a fin de mes’ permitiendo que la situación se desbordara.
“Son asuntos que afectan a la ciudad y a su futuro”, nos dice Pacoantonio. Y no miente, porque así es, son asuntos que provocan que Ceuta vaya perdiendo su identidad, y que afloren delitos porque no tenemos ni idea de quienes se están metiendo en nuestros barrios, desdibujando el ambiente que había antes. ¿Qué ha pasado en el Príncipe? Que esas mismas autoridades han permitido que crezca a su antojo y que se metan marroquíes a los que la gente del barrio ni conoce, formándose un laberinto urbanístico en el que el tráfico de drogas, de armas y la delincuencia se mueve a sus anchas. Me comentaba una familia de la barriada, que por cierto tuvo que marcharse de allí ante la desidia imperante, que se había ido perdiendo la tranquilidad en las calles, que había casas que habían sido ocupadas por gente que ni conocían porque nadie se acercaba a esas viviendas a comprobar qué tipo de empadronamientos había. ¿Qué hay casas en las que hay empadronados hasta 25 personas? Claro. Pero esas casas no las ha descubierto Pacoantonio, esas casas fantasma ya estaban operativas en 2010, que fue, al menos, cuando lo denunció este periódico. ¿Y las mafias de las parturientas? También en 2010, AUGC publicó un informe sobre estas tramas en ‘El Faro’. ¿Y el aumento de los registros de nacimientos marroquíes? Hace casi tres años que el propio personal del Registro Civil se llevaba las manos a la cabeza con lo que estaba pasando. ¿Dónde estaban entonces las autoridades, y ese debido control policial, y ese obligado control del padrón?, ¿funcionan esos controles en función del delegado de turno? No debe ser así porque es demasiado grave y porque hay demasiadas personas que no han cumplido con sus obligaciones jugando con el futuro de la ciudad. Pacoantonio habla, pero que pida también responsabilidades porque quien tiene poder y no lo ejerce... es igual de chorizo y delincuente.