La Policía Nacional mantiene abierta la investigación sobre los hechos ocurridos en la mañana de Año Nuevo cuando un residente del CETI, de origen argelino, apareció en el fondo de un barranco en las inmediaciones del centro. Ese mismo día y tras visionar las cámaras de seguridad, fue el colectivo argelino el que, al ver supuestos indicios de que la caída fue provocada por los mismos guardias de seguridad, denunció los hechos ante la Jefatura Superior de la Policía Nacional.
Desde entonces y según fuentes de la Delegación de Gobierno, el Centro de Estancia Temporal para Inmigrantes de Ceuta no ha recibido notificación alguna para que su director declare ni tampoco los guardias que presuntamente tuvieron que ver con este incidente.
Se conoce que la Policía Local ya ha visionado las imágenes de las cámaras de seguridad, las mismas que vieron integrantes del colectivo argelino, que derivó en la denuncia que posteriormente interpusieron y que estará ahora en manos del juzgado.
En cuanto a los dos trabajadores de la empresa de seguridad que fueron señalados por los denunciantes, siguen trabajando en su puesto habitual, sin tampoco haber sido requeridos aún por la justicia para dar su versión de los hechos.
Al consultar a la empresa que presta el servicio de seguridad en el CETI sobre la responsabilidad de los agentes, las respuesta dirigida a este medio ha sido que dejan a la Policía la investigación del caso, sin avanzar las posibles repercusiones que estas pesquisas tenga sobre ambos guardias.
Por el momento el colectivo argelino no ha dado más pasos a raíz de la denuncia, que derivó en la detención de la persona que la interpuso, como un caso paralelo a la investigación que se ha mantenido en curso.
Una falsa huelga de hambre y una detención paralela
Este incidente ocurrido en la mañana de Año Nuevo derivó en una serie de sucesos de los que poco se ha sabido. Tras la indignación provocada por las visualización de las imágenes y la posterior denuncia, el colectivo argelino anunció una huelga de hambre en el interior del CETI, la cual después, según confirmó la misma Delegación, no llegó ni siquiera a producirse. Lo que sí resultó un revés para este colectivo fue la detención de una de las personas que se acercó esa mañana del día 1 a interponer la denuncia ante la Policía. Una vez tramitada y al cruzar los datos del denunciante con otras bases de datos, resultó que permanecía sobre él una orden de busca y captura por un juzgado peninsular.