El mayor número de aprehensiones de droga por parte de las fuerzas de seguridad ha hecho que el búnker construido en el puerto para guardarla esté prácticamente al límite de su capacidad. Según fuentes oficiales, en sus instalaciones hay almacenadas unas ocho toneladas, cuando el tope de almacenamiento previsto es de 9.000 kilos.
La prohibición de quemar droga, como venía siendo habitual, después de la denuncia hecha público por Septem Nostra y AUGC hace un par de años, provoca que toda la droga que se interviene quede depositada en el búnker que está operativo desde hace unos meses. Antes funcionaba el depósito de San Amaro, mucho más pequeño, hasta que se habilitó este espacio, que está protegido por las fuerzas de seguridad para garantizar la custodia de los alijos y evitar robos como los que ya se han producido en otras demarcaciones.
A la espera de que se tramite un traslado del cargamento a la península para su destrucción en las zonas habilitadas por el sistema de la incineración, la administración central advierte de que si se producen más aprehensiones se podría contar, a modo de excepción, con el depósito de San Amaro, que garantiza espacio para otras seis toneladas más.
Para la destrucción de la droga se requiere la gestión del Ministerio de Interior.