Enrique Rodríguez acabó el viernes por los suelos después de salir despedido de la moto de gran cilindrada que pilotaba y dar con su cuerpo contra la estructura de hormigón que circunda la rotonda de acceso al Poblado Marinero.
Presidente de la Plataforma de Moteros de Ceuta, acababa de experimentar en primera persona, como otros compañeros, las consecuencias del riesgo que su colectivo denuncia sin éxito desde hace tiempo. Alertan de que las horas en las que se baldean las principales vías de la ciudad, y la sustancia jabonosa utilizada en el proceso de limpieza, son un grave riesgo para los conductores, pero más para quienes circulan sobre dos ruedas. Las lesiones que el accidente le ha dejado como secuela en las costillas así lo atestiguan.
El suceso que protagonizó se produjo a las 8 de la mañana, cuando se vio obligado a frenar ante el temor de que un automóvil que intentaba incorporarse desde la Avenida Compañía del Mar no respetase su prioridad al estar ya en el interior de la rotonda . “En pleno mes de junio, y de día, no puedes imaginar que el suelo esté mojado. Frenas y de pronto encuentras que todo está mojado, y encima con jabón, así que se convierte en una especie de pista de patinaje y acabas por los suelos, como me ocurrió a mí”, se queja Rodríguez, que tras el accidente quedó tendido sobre el asfalto, atrapado bajo su máquina y con problemas de respiración.
No es el único punto negro en la ciudad. El colectivo de moteros tiene localizada toda una relación de puntos negros que se extienden por la ciudad y que incluyen, por ejemplo, también las rotondas de la Avenida Cañonero Dato, junto al Puerto. Rodríguez, presidente de la Plataforma que vio la luz en 2007 y que cuenta ya con más de 250 socios, insiste en que han puesto el caso en conocimiento de la Ciudad, pero lamenta que la respuesta se retrase una y otra vez. “Entendemos que el aspersor de una rotonda se mueva y riegue hacia la carretera, pero no que se comunique, como en el caso del Morro, y después de un mes siga igual, hasta que alguien se cae de una moto y se rompe una pierna”, insiste. El principal obstáculo, no obstante, es el baldeo “de día y a horas incomprensibles”, que atribuye a “que la empresa no querrá pagar las horas de nocturnidad o porque es más vistoso que de noche, cuando nadie se da cuenta”. En algunos casos, asegura, empleados de la concesionaria de limpieza incluso le han reconocido “que los vehículos son viejos y pierden agua”, que acaba sobre el asfalto.
“Es un peligro para todos, pero mucho más para los ciclomotores de pequeña cilindrada, que son los más comunes en Ceuta”, advierte Rodríguez, que cuenta con varios precedentes de caídas ya entre los integrantes de su asociación: “Una mujer cayó y se quemó la pierna”. Y advierte: “Los moteros votamos. Nos comprometimos por la crisis a bajar la intensidad de las protestas, pero si esto sigue así, las retomaremos”.
Y quejas en la Iglesia de África...
Los moteros no son los únicos que protestan por los horarios de riego y baldeo. En la mañana de ayer, los familiares de los niños bautizados en la Iglesia de África se quejaban de que el exterior estuviera mojado, con el riesgo de caídas, poco tiempo antes de comenzar las ceremonias.