El adiós de Gómez abre la puerta a corregir los últimos “destrozos” sobre la Educación Pública ceutí

Oficialmente cesado, categoría de la que ejerce sin reparos desde anteayer, Cecilio Gómez, el director provincial de Educación saliente, dedicó la mañana de ayer a seguir recogiendo su despacho y a dar su versión de su adiós a los medios a los que atiende. Al filo de las 14.00 horas se despidió con un “hasta mañana”.

Anteayer, dijo, el director general de Evaluación y Cooperación Territorial del Ministerio de Educación, José Ignacio Sánchez, le comunicó que la Administración competente había aceptado prescindir de sus servicios después de que se lo pidiesen “dos autoridades” de la ciudad.
El pasado viernes, en la Conferencia Política del PP, la Ciudad Autónoma y la Delegación mantuvieron su primera toma de contacto con el nuevo ministro, Íñigo Méndez de Vigo, para corregir la deriva de la Dirección Provincial. La semana pasada, el delegado ya había torcido la “discrecionalidad” a la que apelaba Gómez para, por ejemplo, vetar a la nueva directora del CEIP Reina Sofía su capacidad para nombrar compañeros de equipo directivo.
Mientras, en la Dirección Provincial, su todavía titular, profesor titular del Departamento de Derecho Financiero y Tributario de la UGR, fotocopiaba y encuadernaba apuntes tras dar el primer portazo a Fernández Cucurull en lo tocante a dar marcha atrás con la mutilación de la oferta de Bachillerato, la depuración de varios directores y la concesión de Comisiones de Servicios con “agravios inexplicables”, según los sindicatos.
Gómez, que hace menos de un año intentó saltar al Centro Universitario UNED Ceuta en sustitución de Fernando Jover, le respondió que su jefe de la Inspección Educativa y él lo veían imposible. El delegado incluso tuvo, después, que llamar a Sánchez para desactivar su veto a Andrés Rincón en el colegio del Príncipe y, posteriormente, al ex director para pedirle “por favor” que aceptase ser secretario de Arancha Martell.
La destitución del director provincial, que la Administración no ha confirmado todavía, como tampoco el nombre de su reemplazo, Leon Bendayan, hasta ahora al frente del IES Clara Campoamor, deja la puerta abierta a corregir todos los “destrozos” que, a ojos de la Junta Docente y la FAMPA, han dejado sus últimos meses de gestión.
Anteayer, Montes ya reunió a los directores de Secundaria para instarles a mantener toda su oferta de Bachillerato y a comunicar por escrito a las familias, a las puertas del cierre de las matriculaciones, que al final no habría cambios a partir de septiembre, lo que implicaría que el IES Abyla y el IES Puertas del Campo mantendrían primero de Humanidades y Ciencias, respectivamente, y que la transformación del IES Almina en Centro Integrado de Formación Profesional tampoco está cerrada definitivamente.
Resolver el conflicto de las Comisiones de Servicios tampoco se prevé que pueda ser tan complicado como el tema de los directores, donde el caos también es la tónica dominante. El asunto está resuelto en el CEIP Reina Sofía, donde Rincón no quiere correcciones y la transición ha sido de consenso. El Claustro del CEIP Juan Carlos I se partió por la mitad cuando se plantearon dos opciones para sustituir a Rafael Zaragosí, frente a cuya candidatura nadie presentó la suya originalmente.
El IES Almina también tiene ya nuevo equipo directivo, aunque pendiente de cuál será realmente su futuro como centro. En el IES Abyla Carlos Benítez no había podido cerrarlo aún la semana pasada y Bernardino Cerviño, traído desde Tánger para reemplazar a Aróstegui, ni ha podido incorporarse ni, obviamente, conformar un equipo de trabajo con profesionales de su confianza.

Por los cinco centros con directores reprobados lleva dos días corriendo la hipótesis de que sus antiguos máximos responsables podrían volver a sus puestos, atendiendo el sentimiento unánime de sus Claustros y Consejos Escolares, si la nueva política del Ministerio rema en esa dirección, aunque en cualquier caso, a mediados de julio y a mes y medio de empezar el nuevo curso, dependerá de si ya ha habido o no nuevos nombramientos formales y de si los designados quieren renunciar para volver a la situación precedente o no.
Sea como fuere, la Junta de Personal Docente No Universitario y la Federación Provincial de Asociaciones de Madres y Padres de Alumnos (FAMPA) saludaron ayer la posibilidad de pasar página a la “pesadilla” de los últimos 3 años y 5 meses, en palabras de Mustafa Mohamed.
“Gómez ha representado en Ceuta lo peor del peor periodo de la historia de la Educación en esta etapa democrática”, lamentaron desde el órgano de representación de maestros y profesores, donde esperan que el cambio vaya “más allá del nombre” del director provincial y se traslade a “las políticas del Ministerio en la ciudad”. Desde la Junta apuntaron que “ahora toca ponerse a trabajar para intentar recomponer en los pocos meses que quedan de legislatura todas las piezas rotas en la Educación Pública de Ceuta, que más allá de los últimos destrozos y de los retrocesos de todo el país ha sufrido un empeoramiento generalizado de las ratios, ha perdido docentes en términos absolutos y relativos y ha visto desaparecer el CPR y el Equipo de Orientación”.
La secretaria de Educación del PSOE de Ceuta, Sandra López Cantero, advirtió ayer que “el cese de Gómez, que ha sentado cátedra sobre cómo no se deben de gestionar los asuntos con la Comunidad Educativa, no soluciona los problemas de la Educación en Ceuta sino que los disfraza”.

41 meses en cifras
El director provincial saliente del Ministerio de Educación en Ceuta se encontró el sistema educativo de la ciudad autónoma, mediado el curso 2011-2012, con poco más de 18.100 estudiantes de Enseñas de Régimen General y 1.525 de Régimen General y Especial. Tres años y 5 meses después, las estadísticas oficiales de la Administración cifran en 19.945 el número de alumnos, casi dos mil más, y en 1.494 el de maestros y profesores, más de 30 menos, aunque la Junta de Personal asegura que en términos absolutos se han perdido “al menos medio centenar” de puestos de trabajo.
A falta de estudios oficiales comparables (los últimos cerrados sobre éxito académico datan del curso 2012-2013, el siguiente al de la llegada de Gómez), los resultados de las últimas Evaluaciones de Diagnóstico publicadas apuntan que el porcentaje de jóvenes ceutíes de segundo curso de Educación Secundaria Obligatoria (ESO) con un nivel de rendimiento ínfimo, igual o inferior a 1, permanece estancando desde hace un lustro.
En el ámbito del fracaso escolar la evolución ha sido significativa: se cifraba el año pasado en un 29,5% en la ciudad autónoma (solo por detrás de Baleares, con un 32%) tras recortarse casi diez puntos desde 2011.
Cuando accedió a su cargo, Gómez se encontró una lista de “veinte reclamaciones urgentes y una reivindicación desesperada” del colectivo docente. Pedía la puesta en marcha de un Plan Urgente de Construcciones Escolares, el establecimientos de una ratio de alumnos por grupo “óptima” en Primaria y Secundaria, asignar efectivos para la atención a los grupos del primer nivel de Infantil, crear aulas de inmersión lingüística de acogida, uniformizar la escolarización, establecer un sistema ágil de sustituciones...
Casi ninguna de sus peticiones se ha visto cumplida. El Ministerio ha aceptado hace unas pocas semanas la propuesta de calendario escolar para el próximo curso tras desoír repetidas veces al Foro y solo este verano se ha puesto coto al número de alumnos de 3 años por aula en 25.
Más allá de la LOMCE y sus consecuencias para la Educación Pública en todo el país (las bajas sin cubrir, las reducciones horarias...), durante los últimos 41 meses Ceuta ha perdido su Centro de Profesores y Recursos (CPR) y el Equipo de Orientación Educativa, ha visto sumido en un caos el servicio de comedores escolares y ralentizado el pago de transferencias para gastos generales a los centros, que también han visto recortada parte de su oferta y presupuesto.