Hali A.A., detenido por el CNP tras meses en busca y captura, confesó haber disparado a la víctima, que arrastra secuelas muy graves, tras meses de problemas. Se le pide hasta 11 años de prisión.
Hali A.A. se sentó ayer ante al tribunal de la Sección VI de la Audiencia Provincial de Cádiz en Ceuta. Esposado, vigilado de cerca por un agente de la Policía Nacional y, algo más lejos, por otros dos, el acusado de tirotear hasta dejar gravemente herido a Abdelilah Ch.B., conocido como ‘Stilike’, reconoció a la Sala la autoría de unos hechos, cometidos en diciembre de 2013.
A preguntas del Ministerio Fiscal, el apodado ‘Harry’, que pudo ser detenido por la Policía Nacional en abril del pasado año tras permanecer varios meses en busca y captura, reconoció haber disparado “hasta 4 ó 5 veces” contra ‘Stilike’, llevado “por los nervios” y como último capítulo de una historia de desencuentros y problemas derivados de la propiedad de un garaje ubicado en la barriada Príncipe Felipe, precisamente la zona que terminó siendo escenario de los disparos. “Tenían en mente echarme de la barriada”, narró ante el tribunal de la Sección VI, “llevaban siete meses amargándome la vida”, apostilló, vislumbrando los posibles motivos que habrían llevado a su participación en una acción criminal que ha terminado por dejar a la víctima con graves lesiones que afectan a su movilidad y de las que, todavía, está siendo tratado médicamente.
La mañana del 10 de diciembre de 2013, Hali A.A. llevó a sus hijos al colegio para, después, tras una nueva disputa encuadrada en la propiedad del garaje, echar mano de un arma de fuego que, dijo, estaba dentro de un vehículo y que no era de su propiedad, para “empezar a disparar, cuatro, cinco veces... con los nervios”. Después, tras ver que la víctima caía al suelo, huyó del lugar y se mantuvo escondido dentro de la barriada durante varios meses hasta que el CNP pudo arrestarle.
En el momento de producirse el operativo se le encontró en la vivienda en la que se escondía una pistola semiautomática con 14 cartuchos y un chaleco antibalas. Éstos sí que reconoció que eran de su propiedad, a pesar de carecer de licencia para su tenencia, y argumentó que las tuvo que comprar porque “subían todas las noches a tirotearme” a la vivienda en donde se escondía, narró en relación a las personas, de las que no aportó identidad, que estarían buscando vengar las graves heridas sufridas por ‘Stilike’, quien tuvo que ser evacuado esa mañana a Cádiz debido al cuadro médico que presentaba.
Ese chaleco y esa pistola fueron encontrados en la vivienda por el CNP la mañana en la que varias patrullas subieron al Príncipe a detenerlo, después de otros operativos infructuosos. ‘Harry’ no se lo puso nada fácil porque intentó escapar de quienes tenían la pretensión de terminar con su clandestinidad que siempre contó con cobertura. De hecho llegó a subir a la azotea de la vivienda para saltar por el tejado a otra y escapar sin éxito.
Ayer confesó que tuvo que adquirir la pistola y el chaleco para protegerse y que lo hizo justo después de que asesinaran de un disparo en el corazón al joven Munir, un vecino del barrio al que segaron la vida por error al confundirlo con otra persona. Siempre en la barriada del Príncipe se dijo que aquella noche a quien querían disparar era a ‘Harry’, escondido en una casa situada justo al lado.
Escuchada la confesión del acusado, el Ministerio Fiscal solicitó que se le impusieran 9 años de prisión por un delito de homicidio en grado de tentativa con la agravante de abuso de superioridad y otros dos por una tenencia ilícita de armas. A estas penas pidió que se añadiera una prohibición de acercamiento a la víctima y su entorno durante 18 años amén del abono de una indemnización por las secuelas sufridas de 550.000 euros, para lo que se ha tenido en cuenta el informe realizado por el médico forense.
El letrado de la Acusación Particular que defiende los intereses de la familia se adhirió a la petición de la Fiscalía, al igual que también lo hizo la propia Defensa, tras el reconocimiento hecho por su patrocinado.
Aunque el tribunal dejó el caso visto para sentencia, todo apunta a que la condena quedará fijada en esos 11 años de prisión al haber una petición común de la Acusación no rebatida por la Defensa.
Celebración de la vista oral
En la imagen, el momento de la declaración del acusado. No fue necesario la práctica de más pruebas ya que las partes renunciaron ante el reconocimiento de los hechos. Al no caber una conformidad por los años de petición de condena, queda que la Sala dicte sentencia.