Otros 14 menores del centro La Esperanza han partido a primera hora de este viernes con destino a Andalucía, en concreto a Granada y Málaga. Es el segundo grupo que marcha como parte del cupo que aceptaron las distintas comunidades autónomas para rebajar la presión registrada en Ceuta debido a las entradas de niños y adolescentes acontecidas el pasado mayo. Conforman un grupo de elegidos que se suma al que, justo hace una semana, marchó a las Islas Baleares, dejando aquí, en la ciudad que les dio acogida, a muy buenos amigos y a docentes que les siguen echando de menos.
Mamadou, Bougari, Anas, Issam, Mohamed, Thami, Nader, Naoufal, Mohamed y Abdoulaye fueron ejemplos de MENA que aprovecharon los recursos ofrecidos por el centro pero además quisieron formarse cursando estudios en institutos de nuestra ciudad o asistiendo a los programas que ofrecen entidades humanitarias como la Cruz Roja.
En el IES Puertas del Campo se tuvieron que despedir de Bougari a toda prisa. Allí dejó a sus compañeros de clase pero también a los docentes que le enseñaron las distintas asignaturas, logrando sacar adelante 4º de la ESO. Con esfuerzo se integró en un ambiente del que supo sacar todo el provecho posible. Así lo valora el director del centro, Javier Pérez, recordando cómo era en clase: “Un extraordinario alumno, es un caso… iba a decir excepcional pero no es tan excepcional. Es más normal de lo que parece, tenemos ya cierta tradición en sacar adelante a estos chicos”, explica en declaraciones a FaroTV.
“Se incorporó hace un par de cursos con más compañeros, él ha tenido la mejor de las suertes porque seguramente acabará titulando en la ESO junto con otros compañeros suyos en años anteriores que tomaron destino para Valencia y, en este caso, para Mallorca”, detalla. La vida de este menor dio un giro radical al llegar a Ceuta y al saber aprovechar las oportunidades ofrecidas en una adaptación en dos direcciones.
“No solamente él se ha adaptado con los demás compañeros sino que los demás se han adaptado muy bien a él. Ha sido una adaptación recíproca sin ningún tipo de problema. Lógicamente estamos hablando de un alumno extraordinario en comportamiento, en ganas de estudiar, en motivación y en todo”, añade Pérez. La marcha de Bougari se recibió en el centro con “gran satisfacción”, de hecho “es su deseo: seguir progresando. Tiene en mente hacer Económicas, aunque todavía le queda un Bachillerato por hacer”. En el ‘Puertas del Campo’ están contentos por su futuro aunque con cierto pesar por dejar a un compañero.
Si para el IES Puertas del Campo ha sido una satisfacción contar con Bougari entre sus alumnos, lo mismo ha ocurrido en el ‘Abyla’, en donde Mamadou, otro de los subsaharianos que marchó a Baleares, cursaba una FB Básica de electricidad y electrónica en su primer año. Y no solo era buen alumno sino que también era uno de esos chicos que se dejaban enseñar para promocionar. En el instituto se le echa mucho de menos. Gerard Rodríguez, su tutor, guarda la carta que le dejó escrita a modo de despedida como si fuera un tesoro y recuerda con especial emoción su paso por estas aulas. Zohara López, que le enseñaba la asignatura de Ciencias Aplicadas I, se suma a esa carga de emociones.
“Mamadou hemos tenido dos, uno al principio de curso que venía muy cortado pero a lo largo del curso nos ha demostrado que es muy buena persona, que es un trabajador nato que viene a trabajar y a preocuparse por estudiar. Ha sido el que más ha estado preocupado”, detalla el que fuera su tutor. “Es muy buen compañero, le pasaba los apuntes a los demás, nos ha dado mucha pena que se vaya”, añade López.
La marcha de este adolescente fue precipitada, lo comunicó en el mismo día, sorprendiendo a todos pero, más aún, a quienes han trabajado de cerca con él. Pudieron despedirse con una comida improvisada. “Nos hemos quedado a cuadros, cuando se lo dije a los compañeros no se lo creía nadie, para mí era nuestro alumno preferido”, explica Rodríguez.
Ha sido un alumno que “ha ayudado mucho a sus compañeros, lo echan mucho de menos. De hecho al día siguiente de marcharse nadie hablaba en clase, parecía que había pasado algo. Ha dejado un buen sabor de boca”, detalla Rodríguez. Mamadou eligió una FP que, como explica su tutor, “para este tipo de alumnos es lo mejor, al haber un tanto por ciento alto práctico lo ven mucho más asequible”. “Además se sienten útiles, se ven haciendo las prácticas y se sienten así”, puntualiza López. “Son alumnos que han estado pasando por la Secundaria y tienen una autoestima muy baja”.
“Él estaba muy ilusionado porque solo pensar que se iba a ir de prácticas a una empresa le motivaba un montón. Esperemos que donde vaya le traten igual o mejor que aquí, es un chico 10 la verdad”, expone Rodríguez.
Por la sede de Cruz Roja pasaron varios de los menores marroquíes que también se encuentran ya en Baleares. De todos ellos se acuerda Sandra Moreno, responsable del proyecto Acompaña de la entidad humanitaria, que se emociona al recordar cómo han sido las últimas actividades en las que participó este grupo. Lleva con el proyecto desde el año 2012 y colabora directamente con los centros de menores como ‘La Esperanza’ el ‘Mediterráneo’ para el acompañamiento socioeducativo o la inserción laboral de los chicos con los que trata. Hacen talleres y cursos de forma continua para ayudarles en ese paso de búsqueda de un trabajo. Moreno trató con siete de estos chicos.
“Tengo muy buenos recuerdos de ellos, además tienen mucho interés por aprender, estaban muy motivados. Hemos hecho muchas actividades de ocio y tiempo libre. La semana pasada, como se iban, realizamos un torneo de convivencia aprovechando la salida de estos niños, que se fueran con un buen sabor de boca y un final agradable y han colaborado todos perfectamente”, explica.
La formación lingüística ha sido importante en estos talleres ya que es imprescindible para luego adaptarse a la sociedad y buscar un trabajo, pero en este caso los menores demandaban todo tipo de ofertas con tal de saber cada vez más.
“Cuando terminaban un curso, me decían cuál vamos a hacer. Era un grupo dispuesto a trabajar, aprender y formaban parte del voluntariado de Cruz Roja, para hacer actividades, lo que les hacía sentirse importantes”, relata emocionada Moreno, que sigue manteniendo mensajes con todos ellos a través de whatsapp. Se lleva unas sensaciones agridulces tras la marcha de quienes han sido unos buenos alumnos.
“Yo la verdad, creo muchos vínculos y eso es lo más importante para crear confianza, eso te hace trabajar bien. Lo he pasado fatal, le hicimos un desayuno de despedida, ha sido dolorosa”. Pero allí en Baleares “están muy bien, tenían miedos, no saber a donde van… Están muy bien, mejor de lo que se esperaban, han encontrado a gente en la que apoyarse, siguen aprendiendo. Eso es lo más importante que sepan a dónde pueden llegar y conseguir sus objetivos”.
Quedan más menores por marcharse de Ceuta, otros llegarán. Los que sepan aprovechar los recursos que se les ofrecen podrán salir adelante con un proyecto de vida que nunca habrían conseguido en su país de origen. Ellos son MENA, Menores Extranjeros No Acompañados que no solo nos dan un ejemplo sino que dejan en el camino mucho aprecio.
Foto histórica y todo.🤦♂️. Estamos perdidos.
Lo que se podria hacer con los chavales de Ceuta, con el dinero invertido en los menas que son 3 millones al mes, y a los menas que los cuide su pais
En ningún otro país del mundo pasas su frontera abandonas a un hijo y pasa esto ahora cada uno que piense lo que quiera
Pues que vivimos en un pais de pandereta
Vaya con el marxistacensor...