Ya ha adjudicado el arreglo, la instalación de persianas y fijación de un sistema contra las gaviotas, “que se comieron la silicona que aisla las ventanas”.
El gestor de servicios de la Consejería de Educación, Benjamín Álvarez anunció ayer que su área “repondrá las claraboyas, repasará la silicona, establecerá un sistema antigaviota y dotará de persianas” a la Residencia del Campus Universitario donde, en los últimos días, surgieron nuevas quejas por parte de los estudiantes debido a las filtraciones de agua desde el exterior.
Este portavoz del departamento que dirige Mabel Deu adelantó que Obrinte, la adjudicataria de las obras, comenzará el próximo lunes a evaluar cada ventana para, “pronto”, empezar la actuación. Álvarez giró ayer visita a las instalaciones con responsables de Clece, adjudicataria de la gestión de la Residencia, y de la empresa que se ocupará de la reparación.
Educación sacó a licitación el contrato por primera vez en marzo, con anterioridad a la reciente denuncia en los medios de comunicación, cuando detectaron que las gaviotas “se habían comido la silicona que aisla” las claraboyas y “de ahí que hubiese algún tipo de filtración”. El proyecto que salió a concurso antes del verano se le adjudicó a una empresa que tenía programado el inicio de las actuaciones entre junio y julio, la cual, por diversas circunstancias, no prosiguió con el mismo.
En la construcción original de la Residencia Universitaria, las ventanas de las habitaciones no estaban protegidas con persianas, sin embargo, destacó el gestor de servicios de Educación, “es un elemento que le vamos a poner ahora para que sean mucho más cómodas”. Álvarez entiende que los estudiantes encuentran problemas para cubrirse de la luz que entra por las claraboyas debido a que están “a una altura de tres metros”. Aparte de los tragaluces, esas aperturas en el techo también disponen de un sistema de ventilación basado en la renovación de aire, es decir, que mantienen “higiénicamente” la dependencia.
Antes de que se cumplan los plazos de ejecución y de inicio de la obra, Obrinte se personará en la Residencia para revisar los ventanales. Asimismo, tanto la Ciudad como Clece ratificaron su compromiso de mantenerse en contacto con los estudiantes. Álvarez precisó que esta adjudicación no responde a las quejas en prensa ya que trabajan en ella desde hace meses. Contratiempos en la adjudicación retrasaron la obra Los problemas en torno a la adjudicación de estas actuaciones dilató la ejecución de la obra, como lamentó ayer Álvarez. La empresa que inicialmente se hizo con el contrato renunció a éste y Educación tuvo que volver a licitarlo. Una convocatoria de la que tampoco resultó ningún concesionario, de modo que optaron por “invitar a tres empresas” y, a aquella que presentó la mejor oferta, “se le adjudicó directamente” resultando ser Obrinte. Una empresa con la que quedaron “muy satisfechos” por el resultado de la ampliación del comedor en el colegio ‘Reina Sofía’ y en la escalera de emergencia en el centro ‘Ramón y Cajal’.