Han tardado meses en decidirse, pero no ha quedado otro remedio. De todas maneras, se veía venir porque la situación que los distintos expedientes de Contratación dormían el sueño de los justos.
El Gobierno siempre lo ha achacado a situaciones de lo garantista que es la propia legislación española, donde los plazos son escrupulosos y los trámites de audiencia se eternizan.
Junto a ello, después de las adjudicaciones con las consiguientes bajas temerarias vienen las justificaciones que debe presentar el adjudicatario y el más que posible recurso por quienes han quedado detrás.
La prueba la hemos tenido en las primeras obras del Plan de Barriadas: las de Junta del Puerto y antigua Estación de Ferrocarril. Desde que entraron en Contratación hasta que se ha comenzando la obra ha pasado casi un año.
De ahí, que Tragsa que, en un principio iba a asumir un tercio del denominado Plan de Inversiones, irá sumando cantidades a lo largo de los próximos meses porque no les ha quedado otro camino.
El retraso acumulado es de tal envergadura que, ahora mismo, el consejero de Fomento ha firmado una encomienda de gestión para que por parte de Tragsa se redacten proyectos del Plan de Barriadas, además de encargarles la dirección de obras en su conjunto.
Luego, ya podrán analizarse los resultados cuando pase un tiempo.