El pasado 28 de mayo hubo elecciones en nuestra Ciudad y parecían soplar vientos de cambio como consecuencia de la resaca electoral a nivel nacional. Sin embargo, todo es humo y Ceuta sigue inmersa en los mismos problemas después de medio año de gestión. Atrás quedan aquellos tiempos en los que se informaba al ciudadano sobre el desarrollo de los proyectos políticos cada cierto tiempo.
Obviamente, los culpables están claros, pero también debemos asumir nuestra responsabilidad ya que no exigimos y nos hemos acomodado en la protesta fácil.
Varios son los problemas de gestión política que podemos observar. En primer lugar, hay una gran falta de transparencia, por ejemplo, en los puntos a debatir en los Plenos. Se pueden hacer ingentes búsquedas para que el ciudadano sepa qué se va a debatir y no se hallará nada. Otro problema añadido es el hecho de su no retransmisión en directo. En el supuesto caso de que deseemos ver los temas a tratar y los diferentes puntos de vista, tenemos que visualizarlos en los diferentes cortos que suben en las redes sociales los respectivos partidos políticos. Esto es un obstáculo para aquellas personas que por diferentes circunstancias no tengan acceso a las redes sociales en cuestión por diversos motivos, pero estén interesados por la cosa pública. Ahora bien, en el caso de visualizar los Plenos el panorama es totalmente desolador. En la mayoría de los casos se pierde el 80% del tiempo en rebatir declaraciones, confrontación, crispación, etc pero nada práctico.
En el caso de la considerada izquierda ceutí, cuyos dirigentes afirman estar al servicio del ciudadano y del más necesitado, su labor práctica es escasa. Si repasamos la trayectoria de este último año, por ejemplo, no hay nada de que enorgullecerse. La cuestión sanitaria es un problema acuciante en nuestra Ciudad que exige una respuesta contundente del ministerio y no les oigo escandalizarse. La oferta cultural propuesta es escasa y frente a ello, estas formaciones no hacen un proyecto alternativo, u organizar a través de diferentes asociaciones unas jornadas culturales (cine, rutas didácticas, etc.). La historia de Ceuta es muy rica desde el punto de vista ambiental y cultural que es desaprovechada totalmente. Otra necesidad no atendida es la limpieza de la ciudad, que en muchas zonas es casi inexistente en beneficio de otros puntos que tienen más visibilidad, sobre todo para el turista. Y si hay un problema con mayúsculas es el paro que alcanza un 28,4%, que se incrementa cuando hablamos de desempleo juvenil con un casi 66%. En este caso, se suelen utilizar diferentes opciones de empleo que suelen ser pan para hoy y hambre para mañana.
Ante estas graves demandas, ¿qué propone la izquierda ceutí? Partimos de la premisa de que no hay un representante de IU (ahora en Sumar), lo cual no deja en buen lugar a una fuerza más antigua que Podemos y con tan pocos votantes que ni se presentó a las municipales. Pero el resto de partidos de izquierda en la Asamblea no son nada pragmáticos al abordar las necesidades de la Ciudad. En política hay que tener la paciencia de un agricultor ya que los problemas no se solucionan de manera inmediata, pero las medidas que se toman, o han tomado, son ineficaces. En muchos casos se centran en debatir con la derecha cuando lo que deben hacer es poner en práctica sus políticas y no divagar en asuntos banales que no aportan nada. También hay muchos actos de condena en plan internacional que, teniendo en cuenta que esa Asamblea representa a 85.000 personas censadas, no tienen su reflejo en la Ciudad, aunque es de justicia condenarlo. Sin embargo, no se puede llevar continuamente a los Plenos actos de condena que no tienen trascendencia, salvo poner en evidencia a quien no condena esa injusticia.
Y ante esto, ¿qué queda para los caballas? Estas formaciones deben exigir al gobierno o a la institución que corresponda paliar las necesidades de Ceuta ya que detrás suyo llevan el peso de miles de ciudadanos que han confiado en ellos y ante los que deben rendir cuentas. Pero si siguen con esa trayectoria y los ciudadanos siguen apoyándolos en las próximas elecciones, eso indica que hay “una cierta complicidad vergonzosa”, como diría Víctor Hugo.