El fallecido tenía 25 años y todos le conocían por su bondad
“Se ha ido un ciudadano y un trabajador ejemplar”. “Que pena, era un ángel sobre la tierra, un buen chaval, un currante, noble”. “Como él ya no quedaban, era un joven bueno”. Estos son algunos de los mensajes que trasladaban a este periódico conocidos y amigos de Mohamed M.A.,
el joven de 25 años que murió tras no poder superar las terribles lesiones ocasionadas en un accidente con la moto que conducía. Ha sido en la avenida Otero, en torno a las 18.00 horas, y aunque los médicos pelearon por salvar su vida en quirófano, las heridas que ha presentado eran tan graves que, pasadas las 20.00 horas, fallecía en plenos intentos por recuperarle. La noticia de la muerte de Mohamed ha supuesto un mazazo entre toda la gente que le conocía. Sobre todo en el gremio del
taxi, porque él además de conducir uno forma parte de una amplia familia de profesionales del servicio público. Su progenitor, Dris, es propietario de varias licencias, entre ellas la 46 que solía conducir el fallecido. Son varios hermanos, concretamente seis y tres de ellos ayudaban al padre a conducir los vehículos en distintas horas.
"Era un buen niño, educado y noble" ha expuesto quienes le conocian
A Mohamed todos le conocían. “Me he cruzado con él hoy dos veces, siempre me saludaba atentamente”, ha expuesto uno de los profesionales del sector que, como el resto de compañeros, intentaba asimilar lo que había pasado. Quienes tuvieron la oportunidad de conocerle comentaron a esta redacción que era una persona muy buena y que siempre estaba dispuesto a ayudar a los demás. Además, tenía un trato especial en el taxi con el cliente, dejando siempre un gran sabor de boca a todos los que le trataron. La familia vive en la barriada de San José, concretamente, detrás de la Avenida de Regulares, muy cerca de donde se encuentra el colegio
Severo Ochoa, donde la noticia del fallecimiento cayó como un verdadero jarro de agua fría, dado que se trata de una familia muy querida por todos los que allí viven, ya que el arraigo que tenían en la zona venía desde hace muchos años. Mohamed se había casado hace menos de un año y con su esposa tuvo una niña que aún no tiene ni los dos meses de edad, explicaban fuentes cercanas a la familia. El matrimonio vivía con la niña en la propia casa familiar de los padres, quienes les habían cedido la planta baja para que montaran allí su hogar. Un hogar que ahora ha quedado roto con este trágico accidente. A pesar de que el siniestro ocurrió alrededor de las 18.00 horas y que los taxistas de Ceuta forman una gran familia, en ningún momento se produjeron comentarios a través de la emisora de los distintos taxis: ni del accidente, ni del posterior fallecimiento de Mohamed que tuvo lugar alrededor de las 21.00 horas en el propio
HUCE. Cuando se supieron los datos, se sembró la tristeza en el gremio. En cuanto a los detalles del accidente, según ha podido conocer esta redacción se produjo cuando el fallecido circulaba en dirección a la barriada de San José, derrapando, según la Policía Local, en el paso de peatones que está antes del estadio Alfonso Murube, golpeándose tanto en la cabeza como en la zona costal y en el hígado contra un árbol. Una ambulancia del 061 fue avisada por el 112 y también se personaron agentes de la
Policía Local, quienes tomaron declaración a los testigos presenciales para conocer lo sucedido y levantar el correspondiente atestado. Poco a poco habían ido llegando hasta el servicio de Urgencias del Hospital Universitario los familiares de Mohamed. Fueron advertidos de la gravedad de las heridas y de lo complicado que resultaba la intervención quirúrgica, aunque, hasta el último momento, mantuvieron viva la llama de que saldría adelante, pero no pudo ser. “Era un buen niño, educado y noble”, ha expuesto quienes le conocían. En las redes sociales se agolpaban los mensajes de condolencias hacia la familia, así como los mensajes más bonitos dirigidos hacia la persona de un hombre trabajador, bueno, que con todos intentaba ser amable, noble y muy querido en su trabajo, así como en el círculo de todos aquellos que le conocían.