Desde el pasado 18 de enero nada se sabe de Abdel-Ilah Ayyad. Un joven marroquí que desapareció junto a más personas a bordo de un pesquero cuyo patrón obligó a los ocupantes a arrojarse al mar, en Ceuta.
Desde ese día nada se sabe de su paradero. Pasan las semanas y su madre no deja de buscarlo, de pedir por él, de confiar en tener noticias. Unas noticias que no llegan.
Esa madre enfermó ante la carencia de informaciones. Todos los días va al mar y llora rezando por su hijo. Un vídeo difundido en redes sociales simboliza el dolor de esa mujer para la que la ausencia de noticias es el peor de los dolores.
Residente en Rincón, de 26 años
Abdel-Ilah Ayyad, de 26 años, vivía en Rincón. Se subió, junto a otros marroquíes, en un barco que se acercó hasta la zona de Santa Catalina en la madrugada del 18 de enero.
Llevaba unos zapatos grises, una gorra negra y un chándal del mismo color. Su familia da este número por si alguien tiene datos: +212670516233.
Esa auténtica tragedia en el mar nunca terminó de cerrarse. Varias de esas personas desaparecieron, quedaron borradas de un mapa asociado a la inmigración.
Un drama olvidado
Los primeros días se escribía sobre sus historias, las peticiones de auxilio de sus familiares, las circunstancias que marcaron todo aquello... Pero ahora, mes y medio después, ya nadie se acuerda de lo sucedido.
Solo sus familias, y entre ellas, esa madre que se aproxima al mar para rezar por su hijo, para llamarlo, para pedir por él.
Detrás de las estadísticas, de los números, de los sucesos que se narran hay auténticos dramas, familias destrozadas por unas muertes y unas tragedias que se repiten, que no cesan en la frontera sur.
ESTO NO TIENE PERDON DE DIOS