La Asociación Española de la
Guardia Civil -AEGC- no se calla ante el claro desprecio en la que ha incurrido
la Dirección de la Benemérita con Ceuta. Y es que un año más se destinan alumnos en prácticas a la casi totalidad del país menos a las dos ciudades hermanas: Ceuta y Melilla. “Esta situación pone en evidencia la falta de sensibilidad del Gobierno con los guardias civiles de Ceuta y muy especialmente con quienes realizan servicio en el perímetro fronterizo sin ningún compañero que los pueda auxiliar en caso de saltos de inmigrantes que
terminan siendo agresivos”, detalla la asociación. Las patrullas en
la valla siguen haciéndose con un solo agente, siendo imposible afrontar
entradas como las del pasado fin de semana con una lluvia constante que fue aprovechada por parejas para realizar saltos por distintos puntos. En esos casos un solo agente tenía que acudir a la zona en donde se estaba produciendo la incidencia. “Hemos denunciado y seguiremos denunciando la indefensión y la inseguridad de los guardias que realizan ese servicio
en el perímetro fronterizo ante este tipo de saltos y, sobre todo, la sensación de soledad institucional en la que se ven inmersos” reseña la AEGC que vuelve a incidir en el riesgo de las patrullas unipersonales. Y es que no solo en una ocasión AEGC ha abierto el debate sobre la inseguridad registrada en la valla. Son ya varias en las que ha advertido no solo de que puede producirse una desgracia sino también de la no persecución de los delitos que allí se producen ya que las agresiones a agentes se quedan sin investigación.
La Dirección, 'un pollo sin cabeza'
La Dirección no solo no ofrece respuestas claras sino que ahora afronta etapas como ‘pollo sin cabeza’ tras el cambio continuado de responsables. La última, Mercedes González, con la que fue muy crítica la asociación ya que poco o nada hizo al frente de un área en la que permaneció escaso tiempo. Ceuta vuelve a ser la Cenicienta y así, “en una ciudad donde los guardias civiles en prácticas pueden realizarlas como en el resto del país”, no son destinados. “Esta situación no se da en el Cuerpo Nacional de Policía como pueden comprobar los ciudadanos ya que año tras año policías en prácticas son destinados a la Jefatura de Policía de Ceuta para realizar su formación”. El panorama no es bueno. Llegan las vacaciones, las plantillas sufren mermas por descansos y no hay refuerzos para solventar esos vacíos. “Se pierden efectivos, unos efectivos que podían ser cubiertos por alumnos en prácticas en labores propias de la condición de guardia civil”.
Hacen falta 200 guardias más
AEGC advierte de que seguirá en su lucha de solicitar más guardias civiles para Ceuta por encontrarse la plantilla mermada en relación con los efectivos que se necesitan para garantizar las funciones que son encomendadas a la Benemérita. Y pone una cifra: urgen alrededor de 200 más. Un dato que la asociación no se saca de la chistera sino que es reconocido por la misma Dirección Operativa del Cuerpo. “En AEGC esperamos que se reflexione sobre la necesidad de efectivos y, sobre todo, de la imperante necesidad de realizar el servicio en el perímetro por parejas para que nuestros compañeros puedan apoyarse en caso de necesidad y esperamos que no tengamos que lamentar ninguna desgracia para que se tome conciencia de que realizar servicios unipersonales en el perímetro pone en riesgo la vida de nuestros compañeros”. La situación de escasas plazas es denunciada por asociaciones como la AEGC pero además es reconocida por la propia Comandancia que tiene que hacer malabares para componer servicios que en época estival siempre flaquean.
Presión en la frontera sur
Lo hacen además en un periodo en el que la presión es mucho mayor en Ceuta tanto por el repunte en el tráfico de inmigrantes como en los intentos de pase de drogas por vía marítima. Precisamente cuando la situación es más crítica la Benemérita dispone de menos medios para hacer frente a la misma. Los intentos de incursión protagonizados por nadadores va en aumento sobre todo con la apertura de la frontera con restricciones, lo que lleva a que un sector importante de la población asentada en el norte no puede acceder libremente con solo mostrar su pasaporte. Eso ha desviado al mar los intentos de acceso lo que se traduce en una mayor temeridad. A estas presiones se suman las derivadas del tráfico de drogas mediante empleo de embarcaciones rápidas lo que requiere de una mayor presencia de agentes para abortar estos tráficos. A la reducción de efectivos por el periodo vacacional se suma el no disponer de agentes en prácticas. Una combinación que va en contra de la propia seguridad encomendada a esta fuerza.