La décima edición del Campus de Gimnasia Rítmica echó el cierre con una jornada en la que los padres pudieron comprobar el trabajo de sus hijas y las monitoras, la evolución de las alumnas en los cinco días que estuvieron trabajando a sus órdenes.
Las pequeñas gimnastas ceutíes tuvieron a tres integrantes del equipo nacional, Valeria Márquez, Inés Bergua y Uma Meléndez para conocer el alcance del esfuerzo, porque no es nada fácil llegar a donde llegan Valeria, Inés o Uma.
Dagmara Brown, profesora de ballet del equipo nacional de gimnasia rítmica, una de las entrenadoras invitadas a este campus, destacó el trabajo que las niñas llevaron a cabo, muy diferente al que practican en su club. En las clases de Dagmara, la cubana no dejó de insistir a sus alumnas que no es fácil llegar al equipo nacional, pero que nada es impoble.
Ana Pelaz, entrenadora del equipo nacional, otra de las profesoras invitadas al campus que como cada año tuvo de directora a Mari Ángeles Arrabal, en sus clases no dejó de insitir a las gimnasta que la posición correcta es la que evita “que te caigas” poniendo ejemplos muy gráficos como que “tu ‘culete’ es como las paredes de una casa, si están blanditas, la casa se cae”. Otras frase curiosa que esgrimió Ana fue “no tenemos una pierna mala, es una pierna menos buena y lo que hay que hacer es ayudarla a mejorar día a día”.
Una vez finalizado el entrenamiento del último día y antes de la entrega de diplomas, las integrantes del equipo junior exhibieron sus habilidades. Así como también lo hizo el conjunto ceutí formado por Yaiza, Alejandra, Paula Lucía y Ainhoa.