Digmun recuerda que en Ceuta hay niños que sufren “esclavitud educacional”

Hoy se conmemora el Día contra la Esclavitud Infantil y la entidad alude a las decenas de casos de niños sin escolarizar

Todos somos soberanos, al menos de nuestra vida. Pero los niños no entienden de soberanía y sus vidas deben ser veladas por personas adultas. Veladas, no explotadas. Hoy es el Día contra la Esclavitud Infantil y entidades como Digmun, piden a las instituciones mirar sus propios ombligos sin acudir a países en vías de desarrollo para poner gritos en el cielo que deberían seguir resonando en este territorio. En España dos millones de niños viven por debajo del umbral de la pobreza y casi un millón tiene que trabajar. Parece que esclavos aportan unos 13.000 millones de euros anuales al PIB mundial. No está mal para las arcas y parece que tampoco para las morales.
La presidenta de la entidad solidaria, Maribel Llorente, ha recordado que aunque al otro lado de la frontera del Tarajal exista explotación infantil a nivel laboral e incluso sexual, lo más preocupante es la esclavitud educacional a la que se condena a cientos de niños "no sólo en Marruecos que gozan de impunidad si quieren abandonar las clases y el caso es más preocupante en las niñas que salen de los colegios para ir a atender sus hogares y llegan a la edad adulta analfabetas, sino también en Ceuta".
Digmun atienen cada año "a una docena de niños, que no van y vienen de Castillejos o Beliones como muchos creen, sino que viven en Ceuta y no tienen una situación regular por culpa de los padres pero no podemos culparlos a ellos y negarles el derecho fundamental de la educación". Llorente es clara al respecto: "las instituciones deben tomar responsabilidades y si no quieren que estén aquí que los echen con todas las consecuencias pero no debe permitirse que en Algeciras un niño en situación irregular se escolarice y aquí existan tantos problemas". Desde Digmun recuerdan el caso del CETI. Las voces críticas que hablaban de efecto llamada, que debería echarse de aquí a todas esas personas y finalmente se optó por enfrentarse al problema migratorio aplicando otras medidas. "Lo que no puede permitirse es que los niños sigan siendo vulnerables a situaciones políticas o sociales y los adultos lo consientan".

“Aquí al lado sigue habiendo cientos de niños explotados”

Además del trabajo en Ceuta, Digmun lucha por la dignidad de los niños en Marruecos colaborando con entidades como la Asociación de los niños de la calle de Tetuán que con un servicio médico móvil, por ejemplo, reducen la exclavitud sanitaria “que existe allí”. La presidenta, Maribel Llorente, recuerda que “en cualquier rincón de Marruecos puede verse a niños trabajando por lo que la exclavitud laboral sigue siendo palpable e incluso hablaría de sexual porque aún cientos de niñas son casadas con sus maridos contra su voluntad sometiéndose a las órdenes de los padres o sus familiares”. Y otra de las esclavitudes quizá más invisibles “porque es natural que los niños abandonen la escuela en el momento que quieran sin que inspecciones o servicios sociales tomen cartas en el asunto”, es la que les priva de ser educados. “Porque los niños son responsabilidad de los adultos y no debemos permitir que no tengan derechos básicos como el de la educación”.