El 'Díaz Flor' podrá acoger partidos de la máxima categoría nacional y competiciones a nivel internacional
El nuevo Pabellón Polideportivo ‘Díaz-Flor’ de Miramar satisfará una demanda histórica del waterpolo local hasta ahora pendiente, la de contar con una piscina con el tamaño necesario para poder acoger partidos de la máxima categoría nacional y competiciones internacionales.
El vaso de agua que se construirá en el nuevo equipamiento tendrá unas dimensiones de 33,5 metros de largo por 25 de ancho, algo más que lo mínimo para albergar ese tipo de encuentros, en los que se delimitan campos de 30 metros entre cada línea de gol por 20 de anchura en categoría masculina y de 25 metros por 20 en la femenina.
Según las fuentes consultadas por este periódico, el tamaño de la futura piscina de la infraestructura que levantará Tragsa con un presupuesto de 7,8 millones también permitirá compaginar los entrenamientos de los equipos locales de waterpolo con otras actividades de natación, algo que era imposible tanto en el ‘Guillermo Molina’ como en el viejo ‘Díaz-Flor’, ya que los vasos de agua de ambos no pasan de 25 metros de lado.
Una vez que esté terminada y en funcionamiento la nueva infraestructura deportiva de la ciudad, la Administración autonómica prevé que dé servicio a 6.000 ciudadanos.
Tragsa ya ha comenzado a trabajar en la demolición del antiguo pabellón, trabajos que ha subcontratado en parte, y dispondrá de trece meses para levantar el nuevo equipamiento, que contará con 7.277 metros cuadrados construidos a repartir entre el sótano (1.374 metros cuadrados); la planta baja (que acogerá una pista polideportiva, dos piscinas, aseos, administración, accesos, baños, almacén, etcétera hasta sumar 4.254 metros cuadrados) y la planta primera (donde se dará cabida a un aula didáctica, salas y vestuarios que añadirán otros 1.649 metros cuadrados).
El graderío tendrá capacidad para acoger a unas 250 personas
Además de la piscina grande, con un graderío capaz de acoger a 250 personas, el nuevo ‘Díaz-Flor’ albergará otra de enseñanza con un tamaño de 12,5 metros de largo por 8 de ancho.
El proyecto prevé habilitar cinco espacios para la realización de actividades deportivas dirigidas en la planta baja del inmueble (gimnasio, cycling y tres salas de actividades grupales y deportes de contacto). Se dispondrá de un área de vestuario para cada una de las actividades y se habilitará una zona museística para trofeos.
La nueva pista polideportiva tendrá 44 metros de largo por 24 de ancho y en ella se podrá practicar voleibol, balonmano, baloncesto, fútbol sala, hockey o bádminton, entre otras disciplinas.
Reforma descartada
El mal estado del ‘Díaz-Flor’ llevó al Gobierno que preside Juan Vivas en un primer momento a plantearse una remodelación a fondo que pasase por trasladar la pista polideportivo del complejo a alguna de las descubiertas existentes en la ciudad (previo adecentamiento, cubrición, iluminación y dotación de vestuarios) para convertir el pabellón de Miramar en “un centro de referencia para la natación, el waterpolo y el triatlón, en su triple vertiente de escuelas deportivas; deporte base, de ocio y social, y de competición”.
En esa hoja de ruta ya se contemplaba la construcción de una nueva piscina de 30 por 20 metros y se presupuestó en 3 millones de euros.
Un estudio a fondo del estado del equipamiento llevó, una vez evaluados costes y beneficios, a desechar la remodelación de la infraestructura, que también sufría problemas de cimentación, y a apostar por la construcción de una totalmente nueva, la opción que se ha materializado en un proyecto encargado a Tragsa que permitirá contar en un mismo inmueble con ambos espacios, piscina de gran tamaño y pista polideportiva cubierta.
El arquitecto Ángel Moreno es el director facultativo designado por la Ciudad
La construcción del nuevo equipamiento se ha configurado como una inversión plurianual sobre tres ejercicios presupuestarios, el del año pasado, el corriente y el próximo.
La Ciudad Autónoma de Ceuta ha designado al arquitecto Ángel Moreno como director facultativo de la actuación para la ejecución de los trabajos encomendados con la finalidad de supervisar la actuación realizada por parte de Tragsa.
El abono de los trabajos se realizará mediante certificaciones mensuales aprobadas por dicho director facultativo de la encomienda y conformadas por el consejero relativas a los servicios realmente ejecutados.
Espero que cumplan las fechas previstas. Enhorabuena Ángel por el proyecto.