Las
devoluciones de los inmigrantes marroquíes que lograron entrar a nado bordeando el espigón del Tarajal, en una desbandada nunca antes ocurrida de esta manera en Ceuta, se han elevado a 76 después de otros 13 traslados que pudieron hacerse la pasada noche, tal y como ha podido confirmar este periódico. El resto de ocupantes en las naves argumenta ser menor de edad, lo que ha parado su devolución, amén de que
Marruecos lleva a cabo cada trámite de forma muy lenta con lo que el operativo policial y judicial puesto en marcha no cumple, ni por asomo, con los plazos establecidos.
De momento se han hecho tres traslados de grupos: 23, el primer día; 40 el siguiente; 13 el tercero. Todos correspondientes con el grupo que entró a nado el fin de semana, cuando el control marroquí desapareció por completo hasta el punto de que esa absoluta falta de vigilancia terminó constituyendo un efecto llamada marcado por la temeridad. En los vídeos difundidos se ha podido apreciar no solo la actitud que adoptó Marruecos sino también los rescates in extremis que llevaron a cabo agentes de la
Guardia Civil, especialmente de los GEAS.
Esa asombrosa actuación por parte de Marruecos dejó en evidencia su control de fronteras hasta el punto de que se ha abierto una investigación. Desde la Delegación del Gobierno en Ceuta se trasladó lo acontecido, gestándose relaciones directas, al más alto nivel, para forzar el proceso de devolución que ha cobrado tintes históricos puesto que se ha llevado a cabo con una frontera cerrada por la pandemia, que solo ha permitido aperturas ocasionales con motivo de las repatriaciones a través de los llamados pasillos humanitarios. 24 horas después de esta acción de Marruecos todo cambió ya que evitaron las entradas pretendidas el lunes, durante la tarde y noche, así como también el martes.