El imán marroquí Hassan Iquioussen, sobre el que pesaba una orden de detención europea emitida por la Justicia francesa, ha sido detenido cerca de Mons, al sur de Bélgica, según informó este viernes la agencia Belga.
Su arresto fue confirmado a ese medio por el ministro belga de Justicia, Vincent Van Quickenborne.
Francia considera que el imán, de 58 años, era “contrario a los valores de la República” y el Ministerio francés de Interior había solicitado su expulsión del país por sus postulados integristas e incitación al odio.
Aunque desde el pasado 30 de agosto se encontraba en paradero desconocido, las autoridades francesas sospechaban que se había trasladado a Bélgica para esquivar la orden de expulsión a Marruecos.
La secretaria de Estado belga de Asilo y Migración, Nicole De Moor, expresó en su perfil oficial en Twitter que “este hombre no puede quedarse en Bélgica” puesto que Francia ha emitido una orden europea de detención, lo que significa que “colaboramos con la justicia para hacerle salir” del país.
Nacido en Dedain (norte de Francia) pero de nacionalidad marroquí, Iquioussen está asociado a los Hermanos Musulmanes y protagonizó una primera polémica en 2004 por lanzar proclamas consideradas antisemitas en un discurso sobre Palestina.
Aunque posteriormente se disculpó por ello, Iquioussen siguió protagonizando regularmente artículos de prensa e incrementó su presencia en el debate público, así como en las redes sociales, con un canal en YouTube con 178.000 abonados.
Por otra parte, la expulsión del imán decretada por Francia generó fricciones a nivel administrativo entre ese país y Marruecos, con un trasfondo de discordancias por la política de concesión de visados.
Se trata de un caso muy sonado en los últimos meses, pero no el único que se produce en Europa en los últimos años. Tanto Bélgica como Francia y otras naciones del entorno están decididas a trabajar en conjunto para erradicar cualquier signo de extremismo.