Más de 500
guardias civiles desplegados, hasta 48 entradas y registrados y casi 50 detenidos.
Son los datos conocidos de la Operación Perla-Costa desarrollada ayer en Ceuta y en varios puntos del sur peninsular. Los agentes, perfectamente coordinados y con órdenes y mandamientos judiciales, actuaron de madrugada entrando al grito de “¡Guardia Civil!” en las viviendas que tenían ‘marcadas’.
La actuación se desencadenó en torno a las cinco de la madrugada y se extendió durante toda la mañana en puntos como el Recinto, Pasaje Recreo, Cortadura del Valle, Príncipe, Hadú, Morro, los pisos de colores de la Marina, Loma Colmenar y Margarita (aquí en un chalé). Siete personas fueron detenidas pero la cuenta no se cierra porque en al menos tres casas en las que accedió la Benemérita no hallaron a sus moradores que, curiosamente, habían marchado a la Península o Marruecos. Los siete arrestados, entre ellos el conocido como
‘El Chatito’, se encuentran en los calabozos de la Guardia Civil a la espera de su puesta a disposición judicial, mientras la causa sigue secreta.
¿Y de qué trata ‘la Perla-Costa’? Los datos fueron conociéndose de manera gradual, encuadrándose este operativo en una actuación de lucha contra la logística del tráfico de drogas y personas. La de ayer tiene vinculación con otras operaciones que se han ido llevando estos últimos meses precisamente en zonas del Recinto o incluso Sarchal; golpes que contaban con la implicación de agentes de fuera y que apuntaban a la gestación del gran operativo que tuvo lugar durante toda la mañana.
Esta macrooperación se hace contra organizaciones criminales y contó con la participación de las Comandancias de Málaga, Ceuta y Algeciras, así como de las unidades especiales Grupo de Acción Rápida (GAR), Grupos de Reserva y Seguridad (GRS), Organismo de Coordinación del Narcotráfico (OCON), Servicio Marítimo, USECIC y Servicio Aéreo, además de las distintas patrullas.
FaroTV fue testigo de algunas de las entradas y registros en varias casas sorprendiendo a sus moradores que ni por asomo sospechaban que iban a recibir ‘esta visita’. Algunos, quizá sí, porque no se encontraban en la vivienda. Aunque también hubo errores, como el sufrido por un vecino de Pasaje Recreo cuyo nombre es coincidente con uno de los detenidos. Estaba durmiendo en casa cuando abrieron la puerta y los agentes le encañonaron. Al percatarse del error le pidieron disculpas, debiendo pedir otra autorización para entrar en la vivienda correcta. Según el afectado, iba a denunciar los hechos. Primero tenía previsto acudir al Hospital Universitario para que le revisaran el brazo –del que se quejaba- y la nariz. Después su intención era presentar denuncia por lo ocurrido, al verse sorprendido en una entrada y registro por algo con lo que no tenía que ver. Mientras los agentes actuaban en ese punto, a la misma hora se reproducía esa escena en otros barrios de Ceuta y en otros puntos de la Península, con varios componentes del juzgado desplegados también y con guardias civiles que grababan el desarrollo del operativo. En concreto, se han realizado 27 registros en Ceuta, tres en Algeciras (Cádiz), dos en las localidades gaditanas de Los Barrios, San Roque y La Línea de la Concepción mientras que en la provincia malagueña se han llevado a cabo cuatro en Manilva, tres en Estepona y un solo registro en los municipios de Marbella, Benahavís, Mijas, Fuengirola y Torremolinos.
En todos los casos lo mismo, entrada por sorpresa y actuación, orientadas a esas acciones que la Benemérita llevaba investigando meses para dar con personas presuntamente relacionadas con el tráfico de drogas y de personas. La operación es el resultado de muchos meses de investigación de la Guardia Civil sobre organizaciones asentadas en estos lugares próximos al Estrecho de Gibraltar y supone la continuación de una en la que se incautaron once alijos diferentes que sumaron más de 6.000 kilos de hachís, según las fuentes.
A esta organización se le atribuye la introducción de más de 250 inmigrantes mediante el empleo de embarcaciones semirrígidas, con las que también traficaban con la droga, hechos por los que fueron detenidas dieciocho personas. En una de las entradas murió uno de los inmigrantes, agregaron las mismas fuentes.
Las actuaciones de los guardias civiles coincidieron con el despertar de residentes que acudían a la llamada al rezo o de familias que, poco después, emprendían la ruta de todas las mañanas hacia el colegio o instituto. También los trabajadores que se sorprendían al salir de sus casas y ver las entradas y accesos rodeados de guardias civiles con capuchas que formaban parte del operativo.
Los detenidos fueron saliendo de las casas en las que se habían practicado los registros prácticamente a la luz del día, entre ellos al menos dos cabecillas. Iban esposados y custodiados por componentes de la Benemérita. Fueron introducidos en los vehículos para su traslado a la Comandancia de la Guardia Civil. En cajas los efectivos portaban documentación, algunos objetos pero también armas, que localizaron en algunos de los hogares marcados. La OCON, coordinadora de esta actuación, no da por terminado el operativo, toda vez que quedan más detenciones que practicar. Lo que no ha trascendido es lo decomisado en la Península, aunque algunas fuentes apuntan a que posiblemente pudiera haber embarcaciones. Y como colofón al operativo, la OCON ha vinculado la interceptación de casi mil kilos de hachís que llevaba a cabo el Servicio Marítimo de la Guardia Civil esa misma mañana. Lo que parecía una intervención aislada, fue enmarcada en esta operación porque la embarcación implicada esta ‘marcada’ por los investigadores como una de las usadas para los pases de drogas.
Así, pasadas las dos de la tarde, agentes de la Guardia Civil del Servicio Marítimo recuperaban hasta 29 fardos de hachís que habían sido arrojados al mar por una narcolancha a la que perseguían. El piloto para evitar ser detenido se dio a la fuga mientras otro de los ocupantes iba arrojando fardos, al objeto de vetar así la actuación de los guardias civiles. La Benemérita tenía ‘marcada’ esta semirrígida como parte de las investigaciones iniciadas en este operativo, un detalle que se conoció después porque los integrantes del Marítimo cuando estaban en plena persecución no sabían este detalle.
En el camino fueron arrojando droga, hasta un total estimado de 985 kilos, que fueron recuperados por el Marítimo en dos embarcaciones mientras el piloto de la planeadora escapaba hacia aguas marroquíes sin poder ser interceptado. El Servicio Marítimo había detectado la presencia sospechosa de la embarcación por lo que procedió a perseguirla, dando con ella mientras se topaba con la reacción de sus ocupantes que optaron por arrojar los fardos para salvarse así del arresto. No se sabe qué carga quedó en la semirrígida que pudo salvarse de la acción de los agentes. Esta intervención forma parte de la hilera de actuaciones en la lucha contra la droga que ha llevado a cabo el Instituto Armado en los últimos meses, hasta el punto de que han superado las 5 toneladas decomisadas, muchas de ellas en operaciones vinculadas con narcolanchas que intentaban cruzar el Estrecho cargadas de mercancía.
Ha sido un verano complicado, con muchas detenciones y aprehensión de droga. Un hachís que tras ser analizado es destruido y que supone un golpe al negocio de los narcotraficantes que emplean la ruta de Ceuta como trampolín para el traslado de la mercancía a la Península; droga procedente de las plantaciones de Marruecos. A pesar de los golpes insistentes contra los narcotraficantes, el negocio sigue llamando y la presión en aguas del Estrecho se convierte en uno de los objetivos a batir por la Benemérita.