Mi compañero se llama Chakir. Desembarcó en Ceuta buscando la posibilidad de un futuro laboral más propicio, una oportunidad para conquistar esta ciudad tan lejana y desconocida desde Granada.
Cruzó el Estrecho dejando a su familia, su casa, sus amigos, las clases en academias de apoyo y en clases particulares durante más de 35 años.
Licenciado en Ciencias Físicas, Doctor por la Universidad de Granada en Ciencias Físicas, investigador en el procesamiento de imágenes digitales y con la necesidad imperiosa de salir de su zona de confort.
Cruzar el Estrecho es lo más parecido al viaje de Colón. Ceuta es la gran desconocida. Otro continente, una frontera, otro cielo borrados por el levante y el poniente.
Chakir, como tantas personas hicimos un día, tomó el ferri con el corazón encogido, con un miedo en el cuerpo que te seca la boca, sopesando su decisión sin poder asumir el dolor de la lejanía.
La Dirección Provincial lo había contratado como profesor de informática a media jornada. Y así, como dice la tradición: “A Ceuta se viene llorando y se va llorando el doble”.
Todo era nuevo para él: alumnos, instituto, compañeros...Un edificio sin límites en el que temía perderse.
Lo conocí inseguro, lleno de dudas, con la incertidumbre en la espalda; le fui explicando, como suelo hacerlo con los colegas que se incorporan de nuevo, el mapa del Centro, aunque para él sería una especie de lugar inexpugnable y laberíntico. Día a día veía que su timidez lo abandonaba por la seguridad de encontrar espacios para pasar a ser el grandísimo profesor que desembarcaba por fin en la enseñanza pública.
“Ojalá el próximo curso me llamen a trabajar”. Ahora, charlando en la biblioteca, me dijo que estaba animado a presentarse a las oposiciones, seguir al pie del cañón e intentar por todos los medios empezar a construir huellas.
Granada ya estaba más cerca, Ceuta era la otra Granada de África.
Todos hemos sido Chakir, todos necesitamos alguien que nos dé una mano, que nos guíe en un mar de dudas.
Robinson Crusoe nunca estará solo. Más pronto que tarde desembarcará su familia para hacer estas Américas y la recibiremos con los brazos abiertos.