Una familia demanda más vehículos que refuercen este servicio y el hospitalario.
El hijo de África Rodríguez Rodríguez pasa horas, durante varios días de la semana, conectado a una máquina de diálisis. Al desgaste que ocasiona el tratamiento administrado en el centro de la Rampa de Abastos, esta madre y usuaria de la sanidad pública suma el “incumplimiento” de horarios en el que, denunció ayer de forma pública, incurre “de forma reiterada” el servicio de ambulancias que se encarga del transporte de los pacientes.
Rodríguez aseveró que su descontento no es aislado y generalizó el malestar al resto de usuarios de diálisis. En su caso, esa impuntualidad que puso de relieve se repitió ayer cuando estaba previsto que su hijo regresara a casa a las 13.30, pero llegó dos horas más tarde, “cerca de las 15.30”.
Esta ciudadana que, como aseguró, ya elevó su queja al Instituto Nacional de Gestión Sanitaria (Ingesa) a través de Atención al Paciente en el Hospital Universitario, consideró “insuficiente” el número de vehículos que cubren esta ruta y señaló que esa “escasez” se repite en el servicio de transporte que este organismo presta en las instalaciones de Loma Colmenar.
Una “informalidad” que ha llegado a obligar a Rodríguez a recogerle personalmente o a recurrir al servicio de taxi para llegar hasta la Rampa de Abastos porque las ambulancias “tardaban demasiado” y su hijo requería de su tratamiento. Sobre todo, esta familia se acogió a esta alternativa en invierno, “cuando hace mal tiempo”. No obstante, planteó, “pagamos nuestros impuestos y tenemos derecho” a este servicio de transporte.
Esta madre de un usuario que lleva años acudiendo a diálisis señaló que, hace tiempo, movió “cielo y tierra” por conseguir que la cartera de servicios de la sanidad pública se ampliase con un nefrólogo, objetivo que consiguió pero que le recuerda a la situación actual. Rodríguez lamentó que las autoridades “ignoren” las necesidades de los pacientes y tengan a “tantas criaturas cruzando el Estrecho para ir a radioterapia” en vez de acelerar la implantación del centro proyectado en Ceuta. “Si no hay dinero para más ambulancias, ¿cómo es posible que cambien las losetas cada dos por tres o tengan todo lleno de flores?”, lamentó la mujer, quien estimó prioritaria la salud de la población.
En cuanto a la queja que confirmó haber presentado ante Ingesa, Rodríguez criticó que cayó “en saco roto” porque “nunca” le respondieron.