La situación que se registra en el puerto no parece tener salida, ni tan siquiera con las ‘medidas impacto’ que adoptaron y siguen adoptando las autoridades competentes. Mientras haya personas con intención de cruzar al otro lado viviremos situaciones como las que se repiten a diario en la propia avenida portuaria o en la estación marítima.
Hay mayor presencia policial, más rutas, se ha conveniado la presencia de expertos para sacar a menores de la calle... pero hay algo más profundo que todo esto: el que tiene por objetivo cruzar al otro lado lo va a hacer, sin cambiar de idea, empecinados en conseguir ocultarse en vehículos sin saber siquiera lo que están haciendo. Ayer tarde buscaban colarse en autobuses que ni siquiera iban a embarcar, les daba igual que el autocar aún no hubiera detenido su marcha que ya empezaban a ‘acosarlo’.
Imaginen las caras de los turistas y del propio conductor, que ya traía lo suyo de Marruecos. Lo que nadie parece querer ver es que a pesar de la presencia de policías, de los propios responsables de los vehículos, de ciudadanos... o incluso de las cámaras de televisión... los menores seguían una y otra vez queriendo meterse bajo el autobús.
Nada los paraba, en una situación alocada y que desborda a todos. Las medidas dispuestas son ineficaces, no están bien orientadas hacia la solución de un asunto que sigue manchado por el impacto negativo que pueda acarrear a la clase política. Mientras se siga analizando bajo ese prisma no conseguiremos parar lo que es una locura y un peligro para todos los que tienen algo que ver con la situación.
Pinche, lector, en esta dirección y lea.
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Pásala.