Para los puristas del idioma, vaya por delante que, en castellano, la palabra inglesa “derby” se escribe con “i”, según aclara el Diccionario de la Real Academia Española, y que su plural, siendo esa “i” átona, se forma añadiendo simplemente la “s”).
Hoy, en el “Alfonso Murube”, va a tener lugar la enésima edición de un partido en el que se enfrentan los equipos representativos de Algeciras y de Ceuta, algo que me ha llevado a rememorar aquellos derbis de la época dorada del fútbol ceutí –y también del algecireño-, a los que acudían varios centenares de aficionados del club visitante, hasta el punto de que la Trasmediterránea ponía un barco especial para facilitar su ida y regreso.
Fueron tiempos mejores para el fútbol de Ceuta; años en los que –como sucedió en 1943 y en 1961- nuestro club llegó a jugar la promoción de ascenso a la Primera División. El estadio se llenaba jornada tras jornada, pues la afición –con pleno fundamento- estaba ilusionada ante el juego de un equipo que logró ser puntero en la Segunda División absoluta del fútbol nacional. Algo que igualmente –sin destacar tanto- consiguió el Algeciras C.F.
El ahora denominado “AD Ceuta FC” es el heredero directo de aquellos legendarios “Cultura y Sport” y “Ceuta F.C.” de los años 20 y 30 del siglo pasado. De su fusión surgió el “Ceuta Sport” cuya rivalidad con el “Atlético de Tetuán” hizo cantar a la chiquillería ceutí aquello de “El ‘Aletic’ se creía - que iba a “ganá” la Copa – pero vino el Ceuta ‘Espor’ – y le partió la boca”.
Tras la Guerra civil, y ante la imposición de suprimir los extranjerismos en las denominaciones de los clubs, el “Ceuta Sport” se convirtió en la “Sociedad Deportiva Ceuta”, fusionándose en 1956 con el “Atlético de Tetuán” a raíz de la independencia de Marruecos, con la denominación “Atlético de Ceuta”, y cambiando su tradicional camiseta blanca por la rojiblanca. Con este nombre jugó en Segunda, con un único pequeño bache, hasta el año 1967, en el que, al decretar la RFEF la reducción a un solo grupo de los dos que había entonces en dicha categoría, descendió a Tercera, donde le sorprendió en 1970 otra drástica reducción que le llevó hasta la Regional, en la que ha militado con esporádicos ascensos a Tercera, siendo sustituido como aquipo representativo de la ciudad por la “Agrupación Deportiva Ceuta”, hasta la caída de este club, que llegó a jugar en Segunda y en Segunda B. Pero el “Atlético de Ceuta” siguió vivo, jugando en Regional. En 2012 logró su ascenso a Tercera, donde sigue militando, si bien con cambio de denominación y de equipación –nuevamente blanca- para convertirse en la actual “Agrupación Deportiva (AD) Ceuta Fútbol Club (FC).
Durante todos esos vaivenes, han sido muchas las ocasiones en las que se han encontrado los equipos representativos de las dos ciudades del Estrecho. La de hoy va a enfrentar a un neto triunfador, el 1º del Grupo 10, con 30 puntos, con un mediocre Ceuta (9º, 19 puntos) que raramente acaba los partidos con once jugadores y que anda dubitativo, tanto como local (el segundo de la clasificación, el “Arcos”, le ganó aquí por 6 a 2) como también “en los campos de mi Andalucía”, teniendo que afrontar ahora un difícil calendario. La afición local se ha enfriado, y la cantidad de público que asiste a sus encuentros en casa es realmente desalentadora. Ojalá fuese hoy capaz de dar la campanada.
He sido un gran aficionado, y he presenciado cientos y cientos de partidos en “Alfonso Murube” (solo una vez visité el antiguo Mirador de Algeciras). Ahora, mis molestias me impiden subir al Estadio. Bueno, mis molestias, que por sí solas bastan para ello, y además la mediocre andadura, por la Tercera División, del club que hoy por hoy representa a Ceuta en el fútbol nacional. Sí, ya sé que la crisis obligó a la Ciudad a restringir de manera drástica su subvención, y que ello, como es lógico, ha repercutido negativamente a la hora de configurar el equipo sucesor de aquellos nostálgicos “Cultura” y “Ceuta” de los años 20, pero me gustaría verlo más arriba y con mayores aspiraciones.
La verdad es que me duele “el Ceuta”, y que también me duele ver cómo el nombre de mi ciudad –donde durante mucho tiempo hemos tenido un equipo que imponía respeto en la Segunda División absoluta- ande ahora compitiendo con los de muchas localidades cuya población es, con grandes diferencias, inferior a la nuestra
Ceuta merece algo mejor.