Las denuncias por abuso sexual en Ceuta aumentaron en más de la mitad durante 2018. Según datos oficiales, se presentaron ante los Juzgados de la ciudad un total de 15 denuncias, mientras que en el 2017 se registraron siete, es decir, ocho menos durante el mismo periodo del año anterior. Todas ellas siguen su curso legal y fueron presentadas ante la autoridad judicial.
Aunque estos son datos aportados por fuentes judiciales, las cifras que refleja el Portal Estadístico de Criminalidad del Ministerio del Interior son mucho más alarmantes. Según esta fuente, de enero a diciembre de 2018 se registraron 50 agresiones sexuales de toda índole, lo que supone un 100% más de las contabilizadas en el año anterior.
De todas estas, un total de cinco corresponden a agresiones en las que se especifica que hubo penetración, misma cifra que en el año anterior, y las 45 restantes están consideradas dentro de los delitos contra la libertad e indemnidad sexual, aumentando un 125%, según el portal.
Pese a que el número de denuncias cada vez es mayor, para el experto en el tratamiento de abusos sexuales, Francisco Javier Aznar, quien la semana pasada estuvo en Ceuta para ofrecer un taller de cómo debe ser la intervención en estos casos casos desde la perspectiva integral de la narrativa y el apego, el hecho de que estos casos se conozcan tiene un impacto “positivo” en una comunidad pequeña como puede ser la de Ceuta.
“Un mayor conocimiento general en la población no puede resultar más que beneficioso. A veces se teme que este conocimiento pueda despertar alarmas infundadas, pero la ciencia y nuestra experiencia profesional nos dice lo contrario: para la mayoría de las víctimas es muy difícil salir del círculo de silencio que les impone el victimario, y pueden tardar muchos años en denunciarlo. Y cuando lo hacen, si la persona que les atiende no lo hace con sensibilidad y actúa de manera protectora, el resultado es devastador para las víctimas”.
Comenta que las campañas de prevención ayudan a que, sobre todo si son menores, puedan saber si han sido sometidas a abusos. Y es que Aznar está convencido de que la ciudadanía aún no es capaz de afrontar un caso de abuso sexual, tanto si se es víctima como si se está en conocimiento del caso. “Todavía el abuso sexual sigue siendo un tema rodeado de ‘mitología’ no solo en la población en general, sino también entre los profesionales”, lamenta el experto.
Reitera que el hecho de que se presenten más denuncias, en algunos casos implica que hay una mayor conciencia a la hora de denunciar y se tiene un mayor conocimiento de lo que es un abuso, muchas veces gracias a las campañas de concienciación que se lanzan. “Una parte del aumento de las denuncias tiene que ver justamente con que las campañas de prevención ayudan a los niños a darse cuenta de que se les está haciendo daño. El abuso muy raramente empieza de forma violenta, en la mayoría de ocasiones empieza como un proceso de seducción de manera que el menor siente mucha confusión con respecto a qué es lo que está ocurriendo. Que un menor sepa diferenciar cuándo un secreto es malo, o que un adulto no debe tocarle en sus partes íntimas, ayuda”.
No obstante, identificar y denunciar no es lo único, sino que existan los protocolos de atención y sobre todo que se apliquen de forma correcta. En este sentido, Aznar reconoce que hay protocolos y procedimientos de actuación, sobre todo para los profesionales, “pero todavía queda mucho por hacer porque su adecuada aplicación depende de la información de la que se dispone y de que profesionales de diferentes estamentos (policía, jueces, pediatras, etc.) los conozcan y los apliquen evitando, por ejemplo, hacer pasar por varias entrevistas de valoración a los menores, que pueden tener un efecto retraumatizante y que después no vayan a tener valor en el proceso judicial, o que no hayan condiciones de seguridad al declarar, por ejemplo”.
A pesar de que hay más concienciación por la denuncia y que hay más personas que se atreven a sacar a la luz estos hechos, “estamos lejos de que se denuncien todos los casos”. La inseguridad y el desconocimiento siguen reinando en la mayoría de ellos, lo que hace que las víctimas no acudan a un juzgado a exponer lo que les pasa. Otros tienen miedo de sus victimarios y de las consecuencias, por lo que tampoco cuentan el problema. “En nuestra experiencia trabajando con víctimas adultas, la inmensa mayoría habían hablado del abuso con una media de dos adultos antes de que alguien hiciera algo y, en muchos casos, nadie hizo nada”, lamenta el experto.
¿Está Ceuta preparada para tratar estos casos?
Francisco Javier Aznar fue invitado por el Colegio Oficial de Psicología de Ceuta para impartir un taller sobre el tratamiento, justamente, en casos de abuso sexual. Aunque no conoce en profundidad el trabajo que se hace en la ciudad al respecto, “las personas con las que he trabajado son personas con experiencia, una extraordinaria implicación y una postura ética y comprometida”. Aunque confiesa que eso “me llena de esperanza”, también advierte que los profesionales necesitan medios y por eso llama a una buena gestión de los recursos para atender a estas víctimas con los programas adecuados que sí ayuden e incidan en el problema.