Varios afectados se han quejado tras quedarse fuera la lista de admitidos en distintos cursos de integración laboral para militares. Los itinerarios formativos, cuyo fin no es otro que promover un mejor acceso al mundo del trabajo fuera del ejército para los militares próximos al final de su contrato, que termina a los 45 años, no habrían respondido a las bases para su ingreso, que priorizan, al menos así está escrito, a los militares más cercanos a esa edad. Según han apuntado diversas fuentes, los admitidos tendrían menos años que otros que se han quedado fuera. Casos como el del curso para la vigilancia y la seguridad privada, uno de los más solicitados, tendría en sus listas para matriculación a personas "con 30, 35 o 32 años". Edades, desde luego, muy lejanas al perfil de demandante que busca este tipo de cursos organizados por el estado. La situación para muchos de los afectados, tras toda una vida dando servicio en el ejército, un bien necesario y que debería de cuidar de aquellos que terminan esta etapa, es la de la total incertidumbre, más aún en una edad tan delicada. Por ello, piden que "la ley se cumpla" y que, tal y como está estipulado, se favorezca a aquellos que están ya próximos a esta situación.