La sección en Ceuta del sindicato penitenciario Tu Abandono Me Puede Matar -TAMPM- ha denunciado el incremento de casos de covid en la cárcel de Mendizábal que afectan tanto a presos como a trabajadores. Tal y como expone el sindicato, desde que se volvieron a habilitar las comunicaciones con familiares y amigos se han registrado contagios de internos “que ya están vacunados y que han dado positivo en el test o mostrado problemas de salud o síntomas compatibles con esta enfermedad. Esto nos hace sospechar que el número de contagiados asintomáticos sea mayor”, exponen. Según el sindicato habría 8 internos afectados y 7 trabajadores.
Precisamente en el caso de los contagios de los trabajadores, el sindicato expone que hay inquietud entre los compañeros. “Hoy”, por ayer, “hemos conocido además que en breve se levantarán algunas restricciones sanitarias como lo son el uso de mascarillas en espacios abiertos, bares, locales de espectáculos etc. Pues bien, parece ser que en prisiones, los trabajadores estaremos obligados a seguir portando la mascarilla, mientras que se elimina esa restricción en la población reclusa. Además no se especifica en el borrador que ha preparado el Ministerio de Sanidad, si los familiares de internos deberán portarla en las comunicaciones o si un interno que regresa de permiso deberá llevarla o se le aplicará cuarentena preventiva o no. Esto nos hace creer que para la administración el uso de la mascarilla ya no es una apuesta por combatir una enfermedad infectocontagiosa sino una apuesta por comprobar la obediencia. Sabe el gobierno que no retirar el uso de mascarillas entre la población reclusa le puede dar problemas de conflictos, pero sin embargo, mantenerla entre los trabajadores, supone nuevamente una exigencia al colectivo cuando las medidas sanitarias apuntan en otra dirección”.
Además, según TAMPM “no se está acometiendo con diligencia el aislamiento de estos internos en cuarentena al estar ubicados en el departamento de ingresos y salidas, que no cumple con la función técnica y arquitectónica de módulo residencial y, por tanto, crea problemas de seguridad”, reseñan.
“La solución pasaría por la apertura de uno de los departamentos residenciales que hasta el momento permanecen cerrados, cosa que no se ha llevado a cabo, porque desde TAMPM entendemos que al abrir más dependencias, que son necesarias, supondría asumir que la prisión ceutí debería ser considerada como un centro penitenciario de máxima seguridad con categoría 1.1, y no como se empeña el secretario general, Ángel Luis Ortiz, que no quiere reconocer esta categoría a la prisión de Ceuta, porque esto supondría contemplar más medios personales, materiales y económicos”.
El sindicato denuncia que “la apuesta de la actual administración penitenciaria está lejos de la seguridad, ya que este gobierno por lo que aboga es por conceder más permisos penitenciarios y aumentar el número de beneficios para acceder antes a la libertad de los condenados, incluso en los supuestos de internos que han observado mala conducta en su trayectoria penitenciaria”.