Le puso el nombre de Dikra, que en árabe significa recuerdo. Ese recuerdo de la pequeña, que nació con más de 4 kilos de peso y le dijeron que eran una niña hermosa y sana, acompaña a la pareja, que ya ha denunciado este caso de presunta negligencia médica en el juzgado, recayendo la denuncia en el número 6, dando lugar a las oportunas diligencias de investigación.
Desde el pasado 17 de octubre, esta pareja esperaba ya la llegada de la pequeña. El parto tardó en producirse, ya que la madre no dilataba, además de que presentaba una infección de orina importante, ingresando incluso con fiebre en el paritorio. Finalmente era el viernes 21 cuando venía al mundo Dikra, con un peso de 4.400 gramos y 55 centímetros de altura. La primera niña de una pareja joven, una niña hermosa y que, según le comentó la doctora que se encontraba de guardia aquel día, “era muy sana”. “Me dijeron que con ese peso había nacido casi criada y que todo estaba bien”, señala el padre.
Pero no era así. A las 24 horas del nacimiento, la madre se alarmó al ver cómo su niña “se estiraba y empezaba a temblar, haciendo unos movimientos bruscos”, señala el padre. La progenitora, alarmada, avisó a la enfermera que dio parte a la médico pediatra. “La madre le explicó lo que había sucedido, que la niña no comía bien, que no paraba de llorar y que hacía unos estiramientos y se ponía a temblar”, indica. Se les contestó que ese cuadro era propio de tener gases, algo típico en los niños recién nacidos. Pero horas después la pequeña volvía a hacer los mismos movimientos, sin que la madre avisara a los médicos ya que se le había respondido que eran gases. Por la noche de ese mismo día, estando ya el padre en el Hospital “jugando con la niña, ésta se estiró, empezó a temblar y se le puso la cara morada, moviendo la cabeza de una manera muy rara. Se lo dije a mi mujer y me contestó que el médico le había dicho que eran gases. Cogí y salí corriendo en busca de ayuda, me encontré con una DUE a la que le expliqué lo que pasaba y se llevaron a la niña a hacerle unas pruebas. A los 15 minutos nos devolvieron a la pequeña informándonos de que estaba bien, que tenía gases , que es un síntoma normal en los recién nacidos... no pasaron ni 30 minutos y otra vez pasó lo mismo: temblores, la cara, las uñas y los labios morados... como si fuera un ataque epiléptico”, apunta el padre. Asustado volvió a requerir la presencia sanitaria y “ya me contestaron, casi de mala manera, que la niña estaba bien, que la acababan de revisar, que yo estaba obsesionado y que como no cambiara mi actitud le iba a transmitir ese estrés a mi mujer y eso podría afectar a la niña. Me dijeron que era un padre primerizo y que por eso estaba preocupado, pero que había otros niños que sí estaban mal y había que atenderlos, que mi niña estaba bien y tenía solo gases”, indica.
El padre lamentó haberse puesto alterado y aunque la niña volvió a repetir otro episodio similar intentó tranquilizarse al entender que tenían que ser gases, asimilando aquello como normal.
Con el alta ya firmada, los episodios volvían a repetirse hasta que Yassin no aguantó más y llevó de urgencia, ya el 26 de octubre, a la pequeña Dikra a un pediatra de su compañía privada quien le indicó, nada más verla, que debía acudir urgentemente al Hospital porque su hija estaba muy mal, que posiblemente tenía daños cerebrales y que por eso tenía esos espasmos.
La pequeña ingresó directamente en la UCI hasta que, horas después, una enfermera comunicó a la familia que la pequeña estaba en estado crítico. “Me dijo que cómo habíamos dejado a la niña tanto tiempo hasta llevarla al Hospital ¡y yo le dije que le habían dado de alta ni dos días antes, diciendo que sólo tenía gases!”. A los padres se les permitió entrar en la UCI antes de ordenar la evacuación urgente de la pequeña a Cádiz. “Nos derrumbamos, teníamos una niña que había nacido sana y ahora veíamos a nuestra pequeña entubada, con varias vías, sondas, unos cables por todos lados... no nos creíamos lo que estaba sucediendo... la doctora nos dijo que estaba el helicóptero de camino... que me fuera adelantando, tuve que coger un taxi al llegar a Algeciras porque no podía ni conducir de lo nervioso que estaba”, indica.
La niña llegó en estado crítico, costó mucho estabilizarla, detectándosele graves daños cerebrales, estando afectados el corazón y los pulmones. Los médicos de la UCI, especializados en Neonatología, esperaron la evolución de la pequeña, pero la misma fue a peor hasta que el viernes 28 de octubre dejó de tener actividad cerebral. “Aunque se hubiera quedado mal nosotros la queríamos porque era nuestra hija, nos daba igual”.
Dikra, recuerda su padre, se fue apagando poco a poco, pero aguantó viva hasta que su esposa -que se encontraba en Ceuta- llegó a Cádiz, pudiendo ver “a nuestra pequeña para despedirnos. La niña aguantó hasta que vino su madre”.
Ahora el caso está judicializado y será la autoridad pertinente la que dé los pasos oportunos para esclarecer la presunta negligencia médica que denuncian estos padres. Unos padres a los que se les ha truncado la vida, y que ahora intentan hacerse fuertes para salir adelante. Han pasado 6 meses y 25 días, los llevan contados, no los olvidan, porque hoy la vida para ellos no debería haber sido así.
En datos
Hechos
La niña nació sana, según le dijeron en el Hospital, pero falleció siete días después al detectárseles graves daños cerebrales. Los padres comprobaban comportamientos extraños de la recién nacida pero los dijeron que eran gases.
Denuncia
Ya está presentada y es ahora cuando debe iniciarse la investigación judicial oportuna para que sea la autoridad competente la que estime a quién debe llamar a declarar.
Familia
Quiere que se haga justicia, para que no haya otros padres que padezcan lo que ellos están pasando. Era su primera hija, ahora están apoyados por sus familiares intentando salir adelante pero se encuentran muy afectados psicológicamente.