La Policía Judicial de la Guardia Civil coordinaba en la tarde noche del viernes una operación contra el tráfico de hachís destinado al abastecimiento de culeros que no ha sido más que la respuesta que urgía ante la cadena de denuncias hechas público. El repunte en el tráfico de drogas por esta vía era notorio, de ahí la sensación de inseguridad en que estaban quedando los guardias civiles, viéndose obligados a vigilar calabozos repletos de detenidos sin las mínimas condiciones, incluso, de salubridad. Esta presión llevó a que la propia AUGC denunciara la situación ante el Defensor del Pueblo, urgiendo la puesta en marcha de investigaciones que sirvieran para asestar un golpe a este tráfico importante. Pues bien, ese golpe ha llegado con la operación llevada a cabo por la Judicial, que ha dejado al descubierto una organización de culeros. La operación no ha sido nada fácil, muy al contrario, porque esta organización disponía de una amplia red de informadores capaz de detectar a un guardia a kilómetros. Al final se ha podido asestar un buen golpe que debe ser destacado porque, al menos se espera, tiene que servir para rebajar el acoso y derribo que han formado los culeros que han tomado la ruta de Ceuta como paso obligado. La Policía Judicial ha tenido una actuación brillante.