La hermana de una usuaria de la Residencia Nuestra Señora de África denuncia que no la están dejando salir de las instalaciones para realizarse análisis de sangre, debido a una reciente colonoscopia que se le practicó para determinar qué tenía al apreciar que presentaba niveles bajos de hierro en sangre. Debido a esta restricción las salidas, explica la Ciudad que es quien gestiona las instalaciones, no se permiten “salvo para acudir a Urgencias y al hospital”. Además, aclara que las extracciones de sangre se realizan "como siempre", dentro de la propia residencia y que luego se trasladan donde corresponda.
Si bien la familia reconoce que "alguna vez" le han realizado análisis dentro de la residencia, en esta ocasión "no se los han querido hacer" sin concretar por qué motivo no se los realizaban.
“Los que no se morirán del virus se morirán de otras cosas”, explica indignada África González Sierra, la hermana de esta residente. Relata que en febrero fue sometida a estas pruebas para determinar por qué le había bajado el hierro en sangre. Los resultados, continúa, tardaron alrededor de tres meses en dárselos. Añadido a esto, también se le pidió que se realizasen unos análisis de sangre. “Y no les dejan”, apunta. La indignación de la residente provocó que preguntase cuándo podrían salir, a lo que asegura que una persona de la plantilla le respondió: “Ya saldrá cuando salgamos todos”.
Consultada por estas reclamaciones, desde la Ciudad aseguran que si se trata de recoger resultados, desde la misma residencia pueden cumplir ese cometido “porque cuentan con un conductor que realizaría esa labor”. Sin ir más lejos, añaden, este mismo martes dicho conductor se ha ocupado de trasladar a un residente hasta el hospital. “Se pueden recoger los resultados si se tiene conocimiento de ello”, se precisa.
Su hermana, de 80 años, lleva 11 viviendo en esta residencia. Las quejas vienen a raíz de este periodo de confinamiento, en el que una serie de comportamientos que ha apreciado no les han parecido correctos, como por ejemplo que las inyecciones a las personas mayores “se administren en el comedor”, delante de todos.
Y es que, tras retomarse las visitas de familiares a esta residencia desde el pasado 11 de junio, la afectada también ha denunciado, en palabras de su hermana, el hecho de que los encuentros, en los que no es posible entrar en contacto con los residentes, se hacen con “cortinas” que supuestamente no dejan ver si al otro lado está el familiar o no de estos mayores. Punto que también se desmiente desde la Ciudad: “Los separadores son mamparas transparentes que permiten ver con claridad a quien está al otro lado”.