Dos delfines han aparecido este viernes por la mañana con la aleta caudal amputada en ambos casos. Uno ha aparecido en la playa de San Amaro cerca de la parte de abajo, “donde está el monolito”, según un integrante del Centro de Estudios y Conservación de Animales Marinos de Ceuta (CECAM). Y el otro delfín ha sido visto en Benzú. Como ya pasó en múltiples ocasiones el año pasado, se trata de las consecuencias de las prácticas de la pesca marroquí. Lo que acostumbran a hacer estos pescadores es que cuando un animal se les engancha en las redes, en vez de soltarlo, lo que hacen es cortarles la aleta. Muchos cuerpos de estos mamíferos ya han aparecido en Ceuta.
Los dos delfines ya muertos han aparecido con la aleta caudal amputada, al igual que en casos anteriores. Un voluntario del CECAM se pregunta “¿qué quiere decir esto?”, y se responde diciendo que “estamos en las mismas que el año pasado”. Los pescadores marroquíes a pesar de las medidas que se tomaron el año pasado por esta mala praxis a la que acostumbran cuando salen a faenar, aseguran desde el Centro de Estudios que “no tienen remedio de cara a esta terrible situación”. Que hayan aparecido en dos playas diferentes de nuestra ciudad tiene que ver con “las corrientes” y, según el voluntario del CECAM, tienen que proceder, seguramente, de la parte de Tánger, “como siempre”.
Parece ser que los pescadores del país vecino siguen haciendo “atrocidades”. Ante esto, dice el voluntario del CECAM, que “si continúan apareciendo delfines con estas amputaciones, volveremos a informar al Ministerio porque son ellos los que deben tomar medidas”.
El año pasado hubo muchos problemas, se le informó al Ministerio y este puso medidas poniéndose en contacto con las autoridades marroquíes. Esta práctica se suavizó porque el país vecino comenzó a tomar medidas, pero parece que ha vuelto la misma situación.
De hecho fueron muchos los cuerpos encontrados en la ciudad lo que llevó a abrirse una investigación para conocer las causas de estos fallecimientos, que llevaron a que se batiera el récord de muertes de delfines en comparativa con otros años. Hoy sumamos dos más a esa cifra de animales muertos en nuestras orillas.
Personas sin valores, incívicos, que se ceban con animales indefensos y acorralados porque son con los únicos que pueden pagar su frustración e infelicidad. Alguien que no les daña, pero que son a los únicos que pueden herir, fiel reflejo de ellos mismos en soledad. No solo seguirán sin avanzar, sino que sus alas se las habrán cortado ellos mismos. Gente de esa naturaleza sobra en el mundo, ¡fuera!
Hay que ser mal nacido, sin escrúpulos.
Y esto porque no lo persigue la Guardia Civil? Esto no se puede permitir.