Los primeros días del año han traído también el primer varamiento de un delfín listado, muy común en la zona del Estrecho de Gibraltar, a la playa de Calamocarro.
Aunque en un principio se pensó que arribó a tierra con vida, la llegada de los voluntarios del Centro de Estudios y Conservación de Animales Marinos, CECAM, confirmó la muerte del animal, una hembra adulta que no presentaba heridas de gravedad que pudieran hacer pensar en una muerte provocada por la mano del hombre. Ese ha sido el caso de algunos cetáceos que aparecen con las colas amputadas tras haber caído en las redes de deriva que emplean los pescadores en Marruecos. Tras enredarse en ellas, la drástica solución que emplean en el país vecino es la mutilación del animal que termina ahogándose al no poder nadar.
Aunque este no ha sido el caso, habrá que esperar a la necropsia para conocer el resultado de la muerte. Podría deberse a una enfermedad, pero no se descarta que el motivo del trágico fin del animal pueda ser la ingesta de plástico, una de las causas que más muertes provoca en la fauna marina.